Meses antes que se concretara la coalición Por México al Frente, que finalmente aglutinó a los partidos PAN, PRD y MC, los dirigentes del Sol Azteca invitaron a Juan Ramón de la Fuente y a José Woldenberg para que fueran sus candidatos a la presidencia de la república.

Woldenberg simplemente dijo que no estaba en sus planes ser candidato; pero De la Fuente consideró la invitación del PRD como algo que no estaba a la altura de su vida.

Habiendo ganado el grupo de Juan Ramón a Peña Nieto la rectoría de la UNAM, imponiendo al tibio director de la facultad de Medicina, Enrique Graue sobre el favorito de Los Pinos, Sergio Alcocer, se dedicó a observar, sin comprometerse, la manera en que se desarrollaban los candidatos presidenciales Andrés Manuel López Obrador (que no lo incluyó en su anunciado gabinete ni como asesor), Ricardo Anaya y José Antonio Meade.

A la luz de los números que proyectan TODAS las encuestas en favor de Andrés Manuel López Obrador, Juan Ramón de la Fuente ha empezado a bajarle sensibles rayitas y su muy conocida soberbia.

Es evidente que ha mandado a su valido Enrique Graue a ofrecerle “el apoyo de la UNAM al proyecto presidencial del tabasqueño”.

Un ejemplo de lo anterior ocurrió hace apenas unas semanas.

 

La candidata a la Jefatura de Gobierno por Morena Claudia

Sheinbaum, indiscutida política consentida de Andrés Manuel López Obrador, estuvo en la UNAM apadrinada por el grupo más cercano al rector que obedece ciegamente las órdenes políticas y académicas de Juan Ramón.

Sheinbaum recorrió las instalaciones del museo Universum, espacio en el que estuvo reunida con un grupo de académicos con quienes analizó los problemas ambientales de la Ciudad de México.

En esos días, Claudia presumió en su cuenta de twitter esa presencia en las instalaciones universitarias.

Sheinbaum les dijo a los pasmados especialistas en temas ambientales que de política saben muy poco:

“Necesitamos de su conocimiento y experiencia” (sic). De plano les pidió su voto y su esfuerzo para fortalecer su postulación.

Todo ello ocurrió el viernes 20 de abril, un día hábil para los atónitos técnicos convocados por Graue para que “cuerpearan” la visita de la candidata de MORENA a Jefa de Gobierno.

En la torre de Rectoría nadie protestó ni denunció que el evento de Sheinbaum era una clara violación a la autonomía universitaria.

Nadie dijo nada sobre la inconveniencia de utilizar a la UNAM como escenario de un evento de proselitismo político-electoral.

Nadie en las oficinas de la alta burocracia universitaria comentó la irregularidad del evento de Sheinbaum y tampoco nadie habló de violaciones a los artículos 2 y 9 del Estatuto de la UNAM.

Juan Ramón de la Fuente, tardíamente, trata de subirse al barco del presumible triunfo de López Obrador en los comicios del 1 de julio próximo.

Es una pena que sin recato utilice a la UNAM y al rector Graue para congraciarse con la gente cercana al líder de las encuestas rumbo a las elecciones.

La actitud de Juan Ramón de la Fuente, es cada día más abierta y peligrosa para la UNAM en su intento de congraciarse con López Obrador.

Ya le dieron un programa en TV UNAM a un connotado promotor de López Obrador como es el académico John Ackermann; también en TV UNAM abrieron un programa de caricaturistas con absoluto sesgo antigubernamental y pro lopezobradorista.

Juan Ramón de la Fuente declaró hace poco que la UNAM estaba con Sheinbaum como si la universidad fuera de su propiedad.

Por instrucciones del ex secretario de salud desde la Rectoría se hostiga a quienes tienen preferencias políticas diferentes a las suyas o se atreven a ejercer sus libertades y derechos políticos como los de los profesores de Derecho, entre otros Eduardo López Betancourt, sistemáticamente acosado por denunciar el uso partidista, a favor de los candidatos de MORENA, de los recursos de la UNAM.

Y en el colmo de su caciquismo en la UNAM, Juan Ramón hace que se guarde silencio cuando, en abierto desacato a la orden del Consejo Universitario y a las palabras del propio Graue, de que no se permitiría la presencia para realizar actos proselitistas a ningún candidato en campaña dentro del campus de la UNAM, se realizan eventos como el que reseñamos en esta nota.

Pero Juan Ramón sigue pensando que la virgen le habla y se pasa el Estatuto Universitario por el Arco del Triunfo.

EN TIEMPO REAL.

1.- Milenio optó por prescindir de los servicios del columnista tuitero  Ricardo Alemán. Una decisión que tomó en cuenta que los despropósitos de Alemán ponían en riesgo la operación de la empresa propiedad de Pancho González. Con su salida de Milenio Ricardo Alemán tendrá que recurrir nuevamente a las redes sociales para desquitar el chayote de quien lo contrató para atacar sistemáticamente a Andrés Manuel López Obrador.

2- El diputado Jesús Zambrano dijo que uno de los temas a los que más se recurre en el discurso de los candidatos a la presidencia de la República es el de la corrupción, la opacidad y la impunidad que se ocurre en todos los niveles de la administración pública del país. 

Se actúa con un doble discurso. Tal y como la que dieron a conocer sobre el ejercicio del gasto público de la Secretaría de Relaciones Exteriores en los tiempos en que su titular era José Antonio Meade, específicamente sobre el gasto en el rubro de mantenimiento. 

3.- El dirigente nacional de la CCI, José Amadeo Hernández Barajas, presentó al presidente del Comité Nacional del PRI, René Juárez Cisneros, el ejército de promotores del voto que trabajarán en todo el país buscando apoyar la campaña de José Antonio Meade.