Hoy 1° de julio se conmemora el paso a la inmortalidad de  Juan Domingo Perón, el hombre que supo interpretar la voluntad popular y constituirse sobre ella como uno de los grandes líderes políticos de la historia, el hombre que transformó el contexto político, social y económico argentino, rompiendo los contornos que aislaban a los marginados para abrirles el camino de las reivindicaciones anheladas y para sentar las bases de la integración y el desarrollo nacional.

El general que fuera tres veces presidente y fundador del movimiento nacional justicialista, falleció hace  42 años dejando una historia que estará por siempre en la memoria y corazón de los argentinos, como gobernante que transformó a su país por el camino del progreso y la justicia social, además de ser una fuente inagotable de consulta y sabiduría.

A Perón se le recuerda no sólo en su aniversario de natalicio y luctuoso, también es bien recordado el 24 de febrero, su primer triunfo y el  17 de octubre, Día de la Lealtad.

 Nacido en la ciudad bonaerense de Lobos en 1895, y estudió en el Colegio Militar de la Nación; trabajó en el ministerio de Guerra y en 1943 fue designado como titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Cuando llegó a la secretaría de Trabajo, comenzó a ganar popularidad.

Llegó a la presidencia de la Nación, por primera vez, en 1946 y fue reelegido en 1952. Un golpe de Estado durante 1955 lo obligó a exiliarse en Paraguay, Panamá, Nicaragua, Venezuela, República Dominicana y finalmente en España, hasta su esperado regreso en 1972.

Dentro de sus decisiones se destacaron la nacionalización de los ferrocarriles y otros servicios públicos, así como leyes en beneficio de los trabajadores, la protección a las mujeres y los niños, el fomento del sector industrial nacional y la inversión en infraestructura para los sectores más necesitados.

En lo político, el pensamiento de Perón era producto de múltiples influencias que iban del nacionalismo católico, el falangismo español y el fascismo hasta el socialismo.

Cómo olvidar aquel 12 de junio en que Perón se dirigió por última vez a sus seguidores y les dijo que cuiden las conquistas laborales porque se avencinaban tiempos difíciles. Juan Domingo se despidió diciendo: "Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que es para mi la palabra del pueblo argentino". Pocos días después murió debido a un paro cardíaco y su sepelio movilizó a cientos de miles de personas que quisieron darle el último adiós.

El legado de Perón se mantiene vigente con el partido político que honra su apellido, mismo que encuentra su costado más sensible en los sectores más necesitados. En estos tiempos de crisis en que a las familias les falta el sustento diario y se hace difícil transitar el día a día, los  justicialistas recordando las enseñanzas de su fundador deben ser constructores de las transformaciones que terminen con las necesidades e injusticias.

 

“La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo.”

Juan Domingo  Perón en la memoria y el corazón del pueblo SIEMPRE.

#VivaPerón

Ricardo Chew López

Twitter: @RicardoChew