MÉXICO TIENE PRESIDENTE ELECTO. Los siete magistrados que integran el pleno del Tribunal Electoral, declararon por unanimidad como válida la elección presidencial del pasado 1 de Julio y con ello declararon a Enrique Peña Nieto, presidente de México para el periodo que va del 1 de diciembre del 2012 al 30 de noviembre del 2018. Las reacciones de los actores políticos fueron hasta cierto punto las esperadas. Pedro Joaquín Coldwell, dirigente priísta, pidió respeto a las decisiones de las autoridades electorales y lo notable fue que se refirió concretamente a Andrés Manuel López Obrador. No hay por parte del líder opositor que encabezó la coalición denominada Movimiento Progresista, un cambio de discurso sustantivo. El político tabasqueño aún no pulsa los niveles de saturación política que existe en el país. Seguramente lo hará y en esa medida diseñará una estrategia a la altura. Por eso el anuncio de una concentración el 9 de septiembre próximo, lo hizo con la cautela debida y hasta curándose en salud diciendo todo el tipo de ataques que recibirá por manifestar que encabezará la resistencia.

LOS PEÑISTAS LLEGAN TEMPRANO AL TRIBUNAL ELECTORAL. Empezando por el equipo de imagen encabezado por su fotógrafo personal, los peñistas llegaron temprano a la sede del tribunal electoral. La entrega de la constancia de mayoría marca ya la vida de Enrique Peña Nieto como una especie de rehén del Estado Mayor Presidencial que será en adelante el encargado de su seguridad de manera institucional. Entonces se empezarán a ver los elementos de mayor confianza del presidente electo en materia de seguridad personal. Mañana podremos decirles quienes fueron los elementos del Estado Mayor que exhibieron más cercanía con el que será el nuevo mandatario mexicano a partir de las 12 de la noche del último día noviembre próximo.

EL YO SOY 132 REBASADO POR LA BUFALADA. La cargada es la cargada. Y lo que se espera para los siguientes días, una vez que pase el evento protocolario de la entrega, por parte de Alejandro Poiré, al Congreso de la Unión el documento que contendrá el último informe de gobierno de Felipe Calderón, será la bufalada pura. El presidente electo Enrique Peña Nieto empezará a “recibir” el reconocimiento de diputados y senadores de su partido y de los más conspicuos panistas y Los Chuchos. De gobernadores acompañados de sus huestes. Y por supuesto de líderes sindicales que le harán sentir a Peña Nieto “que siempre estuvieron con él”. La parte folclórica de los priístas “apoyando” a su presidente tenía ya doce años en el baúl de los recuerdos, pero están listos sus mejores exponentes para revivirla.

LA VIOLENCIA SIGUE SIENDO LA COMPAÑERA INCÓMODA DE LA POLÍTICA. La balacera ocurrida en Saltillo es una nueva señal de alerta de que la violencia no está de ninguna manera disminuida en México. El fin de semana fue cruenta en Monterrey y en varios municipios más de esa castigada entidad. Pero igual se suceden actos de violencia en Guadalajara, en las zonas más conflictivas de Michoacán o Tamaulipas. Esa asignatura de nuestra problemática, por lo que se ha visto en los últimos días, en los que hasta diplomáticos de Estados Unidos fueron víctimas de ella, sin duda es la herencia de mayor grave de dificultad que recibe Enrique Peña Nieto de Felipe Calderón.