Ayer en una mesa redonda televisiva se encontraba el director de la cadena de noticias Financiero Bloomberg México, Enrique Quintana. 

Se exponían opiniones, para no variar, con tendencia a descalificar al primer gobierno de nuestra era que al fin decide hacer el bien. Nada bueno se escuchaba de aquellas bocas sobre el trabajo o resultados del gobierno actual, ni del efecto positivo de una presidencia administrativa honesta práctica e inteligente. Según exponente en aquella reunión ante cámaras, luego de diatribas financieras variadas intentando escandalizar dando datos manipulados, se aseguró unánime que, con éste gobierno, se había perdido la confianza para atraer la inversión extranjera. Todos en la mesa asintieron que este miedo del inversor, era muestra del fracaso económico que detonaban las decisiones que iba tomando el presidente.

Sin mención continuaron las acciones del gobierno con logros exitosos. El director de Bloomberg, quien no se encontraba ante pantalla de su propia señal televisiva sino en otra, se podría decir que competencia suya, se mantenía observando callado lo que escuchaba, cuando de pronto se le pregunta a quemarropa ¿Y tú, qué datos tienes al respecto de la baja en la inversión extranjera? 

Y respondió de inmediato el señor Quintana, que no, que según los números que él tiene, no había disminuido para nada la inversión extranjera, pero la inversión que sí ha bajado, adhirió, es la local, la de los grandes empresarios locales. Pero, ¿cómo es que las grandes empresas extranjeras poseen plena seguridad para invertir y las mexicanas no? 

Esta declaración verdadera del director de Financiero Bloomberg, que desmintió en un flash las aseveraciones de sus colegas ahí sentados en comparsa de ataque desafortunado, significa que los mismos altos hombres de negocios mexicanos, conocida como la mafia en el poder,  que antaño bloqueaban la llegada de AMLO porque perderían el privilegio del control nacional, son los que nomás no se adaptan a su pérdida, ahora intentan influir para afectar a nuestro México, para cercenar nuestro avance, rechazando a un buen gobierno honesto e incluyente, que busca el mayor desarrollo presenciado en nuestro territorio, que se arriesga a combatir desde arriba a la corrupción, el vergonzoso mayor mal de la nación. Debemos decir que el grueso de los honorables emprendedores mexicanos apoya, aporta y se ha unido a esta nueva justa forma de gobernar para echar a andar a México, para sacarlo adelante, no para anclarlo a la depravación moral que prevalecía. Con el tiempo que vivimos, no quedará opción a la mafia que perdió el poder, más que demostrar con hechos que han cambiado su actitud de impedimento al avance, porque no les redituará seguir queriendo afectar, que no afectan a la actual presidencia como ellos o ellas piensan, sino acaso a la mayoría de los ciudadanos de su país, mostrándose sin amor verdadero a la patria, sino puro amor a lo que es suyo, a lo que les pertenece.

 La buena noticia es que México ya no les pertenece, y la misma inercia del desarrollo económico social que se empuja con brío cada día, el elefante que poco a poco avanza con todo nuestro esfuerzo, los orillará, los enseñará eventualmente a ver por México y no por sus propios intereses como siempre sucedió.