Tengo un fuerte compromiso con mis paisanos y su bienestar. Trabajo, y siempre trabajaré, en favor de generar un mayor número de empleos que permitan que Quintana Roo siga siendo un estado altamente competitivo debido a sus atractivos turísticos. Entre estos generadores de trabajo destacan los delfinarios, mismos que hoy se encuentran en riesgo debido a la reforma a la Ley General de Vida Silvestre que el Partido Verde Ecologista (PVEM) impulsa para prohibir los delfinarios en el país.            

La iniciativa que propone que esta sea la última generación de delfines en cautiverio, resultaría en el cierre de los delfinarios a largo plazo, por lo cual es dañina para Quintana Roo. No comparto ni apoyaré dicha iniciativa bajo las condiciones que se proponen. Aprobar la reforma como viene, significaría el cierre de más de 15 delfinarios en el estado, que hoy generan cerca de 3 mil empleos directos y casi 15 mil indirectos. Esta industria produce 130 millones de dólares al año; contribuye con el pago de impuestos, proporciona empleos y reinvierte el dinero para el desarrollo de Quintana Roo, la potencia del turismo mexicano.

Como diputado federal de Quintana Roo, encuentro esencial pronunciarme respecto al tema, ya que nuestro estado alberga al 70 por ciento de los delfines en cautiverio. La SEMARNAT indica que existen 396 ejemplares en cautiverio: 320 son delfines, otros son lobos marinos, manatí antillano y leones marinos, distribuidos en 35 establecimientos en todo el país.

Una industria tan grande no debe prohibirse sino regularse para que los delfines puedan tener una vida sana y contribuyamos a una consciencia del cuidado animal. Apoyo que se sancione a quienes infrinjan la Norma Oficial Mexicana NOM-135-SEMARNAT-2004, para que los mamíferos acuáticos vivan en cautiverio baja condiciones dignas y con los fines correctos, ya sean turísticos, médicos o terapéuticos.

Creo firmemente en la democracia, siendo el diálogo la herramienta básica para tener una verdadera pluralidad política. Una ley de este tamaño, tiene que discutirse a fondo, recolectando la voz de todos. Eso no ha sucedido, y lo pudimos constatar el jueves, en el que cinco de siete fracciones parlamentarias, junto con todos los diputados de Quintana Roo, abandonamos el pleno de la Cámara de Diputados, demandando que la reforma fuera discutida más ampliamente.

Propongo que se instale una mesa de diálogo entre el Gobierno de la República y los empresarios de esta industria; creo que podemos llegar a propuestas que beneficien a todos. Podríamos generar un plan en el que los empresarios tomen responsabilidades a favor del equilibrio ambiental, e invirtieran recursos para el rescate de la vaquita marina, por ejemplo.

El tema aquí es tener un frente común que busque lo mejor para el país, en donde el gobierno se coordine con el sector empresarial y la ciudadanía. La ley debe socializarse para que los ciudadanos puedan entenderla y hacerla propia.

Todos los diputados de Quintana Roo, de todos los partidos políticos, los diputados del PAN; Movimiento Ciudadano; Morena, y PRD, buscamos construir una ley que no prohíba sino que regule. Yo hoy pongo a Quintana Roo por encima, siendo uno de los grandes motores del país, pero sobre todo, protegeré todos aquellos empleos que permiten que mis paisanos tengan una vida plena, digna y estable.