Voy a ser sincero: yo no soy simpatizante de Gerardo Fernández Noroña. Tendrá su grupo reducido de fans (se vio que tan reducido, cuando fracasó en su intento de crear su propio partido político dizque “libertario” el sexenio pasado), pero he tenido la oportunidad de entrevistarlo para SDP Noticias, de hablar con él y realmente no me parece un político deslumbrante.

En 2011, cuando existían varios aspirantes a la candidatura por la jefatura de gobierno por el Distrito Federal, Noroña juró y perjuró cuando lo entrevisté para este portal que él iba a ser el candidato. Al mencionarle que ninguna encuesta lo colocaba ni siquiera entre los tres primeros aspirantes a la candidatura por el PRD, Gerardo dijo a grandes rasgos que eso no importaba y que él iba a ganar la nominación.

Los resultados de ese proceso ya todos los conocemos y la consecuencia fue la desastrosa jefatura de gobierno de un fantasma que todavía deambula por los pasillos de la política mexicana, un tal Miguel Ángel Mancera.

Poco después de su fracaso en su intento de ser jefe de gobierno capitalino, Noroña entró en una etapa de agresividad contra todo y contra todos en redes sociales, incluyendo SDP Noticias (después tendría que tragarse sus palabras, ya que terminó por volverse nuestro videocolumnista). En algún momento, se jactó en redes sociales que con sus tonterías de protestas llamadas “Ni Perdón, Ni Olvido”, con las que según él, iba a lograr que el genocida Felipe Calderón saliera de Los Pinos ante de terminar su mandato (cosa que no pasó), también iba a lograr la caída de Enrique Peña Nieto antes de que terminara su desastroso sexenio.

Del resultado de su “Ni Perdón, Ni Olvido”, tanto con Peña, como con Calderón, mejor ni hablemos. De sus otros fracasos, como el de intentar crear un esperpento de partido llamado “Movimiento de Izquierda Libertaria” (una contradicción aparente, ya que el “libertarianismo”, en todo el mundo, es una ideología de extrema derecha) mejor no hablo, porque podría quedarme escribiendo toda la noche.

En algún momento, Noroña se enojó conmigo en redes porque le recordé que su faramalla tribunera pero inefectiva del “Ni Perdón, Ni olvido” no sirvió para nada. Y me bloqueó. No fue una gran pérdida, ya que Noroña tampoco es el gran politólogo o líder que México espera. Y a su edad, es difícil que esto cambie.

Pero ahora, hay que reconocerlo, Fernández Noroña ha vuelto a ganar una elección en las urnas (colgado, otra vez, de la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, hay que ser precisos). Y según una resolución reciente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Noroña debe proceder a desbloquear ciudadanos de Twitter, al ser también un servidor público.

Noroña puede intentar esconderse en argumentos legaloides de que “una sentencia no hace jurisprudencia”, pero el caso es que el señor dipuado debe desbloquearme a mí y a muchos otros, que lo hemos criticado en Twitter, mientras sea servidor público. El ciudadano diputado viola mi derecho al acceso a la información, además de obstaculizar mi labor como periodista para SDP Noticias.

No sea cobarde, diputado Noroña. Prometo no insultarlo, ni trolearlo, tan solo mencionar con imparcialidad cuando usted cometa una tontería, o alguna cosa positiva, cosa que tampoco descarto, aunque los ejemplos del pasado arriba mencionados, no me dan mucha confianza de que tal cosa suceda...