Aunque no me extrañó leer el mensaje que esta mañana me envió una buena amiga, sí me puso un poco más contenta. Transcribo el correo que le llegó:

“Mañana jueves 11 de agosto, a las 9.00 horas presentaremos la candidatura independiente a la Presidencia de la República; del lic. Gerardo Fernández Noroña para las elecciones del 2018.”

Gerardo Fernández es un personaje. Punto. A veces alegre, a veces retador y muchas veces ácido. Lo conocí cuando era colaborador de Leonel Cota y yo trabajaba en el GDF con Andrés Manuel. No era fácil que pasara desapercibido; usaba una larga coleta y barba como de leñador. Creo que desde ahí me cayó bien. La facha sí importa, y él no tenía facha de burócrata o político cuadrado.

Años después tuvimos la oportunidad de platicar y compartir. El fraude fue tema durante meses, después el espuriato. Cuando Jesús Ortega le robó la Presidencia del PRD a Encinas, Noroña renunció a ese partido. No fui la única que le aplaudí.

En 2009 el Partido del Trabajo le ofreció una candidatura. No tenía muchas posibilidades, el PRD era todopoderoso en el Distrito Federal. Sin embargo la mano de los Chuchos se metió a Iztapalapa y le quitó la candidatura a Clara Brugada. Muy rebuscada y polémica decisión la de López Obrador cuando decidió que Juanito sería SU candidato a la delegación más poblada de la capital.

La historia de Juanito es por todos conocida, pero lo que pocos saben es que Andrés Manuel en pleno festejo en su oficina dijo “lo único que no me gusta de que el PT haya ganado Iztapalapa es que Noroña va a ser diputado”. ¡Qué fuerte comentario!

Sí, Gerardo Fernández apoyó mucho a Andrés Manuel, incluso fue quien más defendió su Presidencia Legitima en la calle y desde la Cámara de Diputados. Muchos “obradoristas” se limitaban a usar el pin del águila republicana. Gerardo en cambio, contestó todos los informes y desinformes de los secretarios federales. En su cara le grito ASESINO a García Luna sin temor a represalias (para eso sirve el fuero) pues era diputado y además no dijo ninguna mentira.

Muchos se preguntaban el por qué del desprecio de López Obrador hacia Gerardo. Personalmente creo que es porque no lo alababa ni le decía a todo que sí. Noroña es fiel a sus principios y un compañero leal, pero también es respondón y no le salen los discursos hipócritas. Justo por eso no es monedita de oro.

Hoy tengo candidato para 2018 y no sólo porque lo considero mi amigo, aunque él me haya mandado a volar por ser candidata del PRI-Verde en 2015, sino porque Gerardo es un radical. Estoy convencida que nuestro país necesita regresar a sus raíces, a sus principios solidarios y patrióticos. Dejar el odio y las divisiones atrás y ser congruentes con nuestra realidad. Noroña no sólo es un revolucionario (aunque siga utilizando “puto” o “puta” para insultar) gracias a dios es ateo y considera a las mujeres como su par, su igual. Tiene hartos defectos, afortunadamente. Es un hombre que escucha y no sólo habla (o grita).

Ha pecado de viajero y le gusta comer bien. Creo que hasta ha apostado vinos de mil pesos con Federico Arreola. La izquierda que no es izquierda y la derecha ignorante lo han señalado por su cartera y pasaporte. Pues esa izquierda de mentiras y la derecha de las casas blancas deberían aprender un poco de un desinstitucionalizado como Gerardo Fernández Noroña.