Había estado dándole vueltas a este asunto por un tiempo. López Obrador es el ave de las tempestades. No existe el justo medio para los que lo aman u odian. Y le daba vueltas a este asunto porque al igual que muchos recibí de manera directa el bombardeo del peligro para México durante la campaña electoral del 2006, el intento de destitución con la intención de sacarlo de la carrera presidencial y un largo etcetera.

El peligro para México fue tan efectivo que aun hoy, once años después, muchísima gente lo invoca como si de un evangelio se tratara, el evangelio del mesías tropical. Una de las primeras leyes de la filosofía dice que hay que dudar de todo. Y yo añadiría que hay que dudar, sobre todo si viene del establishment. Que no hacen nada que esté en contra de sus intereses.

AMLO recibió tantos ataques, y de manera tan prolongada, que terminó por parecerme simpático. Que es lo que tiene el señor para ser obnubilado de manera tan visceral?

He entendido que hay una especie de cuarto de guerra que ataca de manera permanente al tabasqueño. Buscan cualquier pretexto para endilgarle milagritos que no existen. Pero para su decepción y con toda la maquinaria y recursos a su disposición no han podido encontrarle absolutamente nada. Eso hace que se basen en la descalificación barata que les ha redituado buenos dividendos en el pasado.

Puede usted leer cualquier periódico y encontrar periodistas que terminan sus artículos con frases “lapidarias” como “al tiempo”. Pablo Hiriart y Ricardo Alemán se han convertido en los principales paladines de la lucha anti Amlo, una cruzada sagrada que ha demostrado rayar en la ridiculez. Incluso un novelista malísimo como Francisco Martín Moreno, rescata un discurso medio Macartista para asustar  a la gente con el petate del muerto.

Y tienen su público. Vendrían a ser la version tropicalizada de Fox News o Breitbart en Estados Unidos. Instrumentos de la extrema derecha. López Obrador no es tampoco la inocencia encarnada en un politico, pero yo propondría que más allá de las filias y fobias que pudiese generar, lo juzgáramos más allá de su discurso.

Tendríamos que preguntarnos si fue o no un buen gobernante en la ciudad de México. Que al final es lo que nos interesa. Calderón salió a patadas de Banobras,   fue un mediocre legislador y su enanismo físico e intelectual convirtió a nuestro país en un gigantesco cementerio. Y todavía tienen el descaro de promover a su esposa como candidata presidencial.

Es cierto también que en política se apela a lo pasional versus lo racional, si fuese de otra manera, un tipo de tan pocas luces como Peña Nieto, no hubiese pasado de regidor en Atlacomulco.

Entonces es inaudito, que después de administraciones desatrosas, de quedar demostrado que el auténtico peligro para México fueron Calderón y Peña Nieto, aun haya gente que piense que AMLO representa una vuelta al pasado.

La mala prensa de López Obrador está focalizada en unos cuantos medios. Estos medios tienen mucha penetración y sus texto servidores una encomienda clara. Que prevalezca el status quo.

El sistema politico mexicano está podrido, seríamos en extremo inocentes si pensamos que López Obrador limpiará todo de un plumazo. Hay grandes resistencias que harán en extremo difícil un gobierno de centro izquierda.

Pero vale la pena intentarlo. Una recomendación a los lectores sería que vieran con ojos críticos a los articulistas que han hecho del antipejismo su mayor fuente de ingresos. Esos articulistas tendrán su cita con la historia. Y no les irá nada bien.