En medio del terrible escándalo derivado de la detención de la periodista Lydia Cacho y la subsiguiente filtración de las conversaciones telefónicas que daban cuenta de la coparticipación de hombres poderos en la consecución del hecho; me atreví a aseverar por aquellas fechas que la designación de Richard Kern Lorden como asesor honorario del gobierno de Puebla, constituía un hecho cuya gravedad habría de ser infinitamente mayor en sus implicaciones y consecuencias.

En los días que corren, el gobierno de la República anuncia que será cancelada la cooperación con los Estados Unidos en el marco de la Iniciativa Mérida y dejará de recibirse la asistencia de aquel país en la capacitación policial que se imparte en la Academia ubicada en la población de Chachapa.

De entrada me congratulo de que deje de operar en las cercanías de nuestros hogares un enclave extranjero tan peligroso como el que al efecto describiera Costa Gavras en su cinta “Estado de Sitio”, situación que, por lo demás , me permite hacer la recomendación de los relatos de mi autoría que se concentran en el volumen “NOVELAS POLICIACAS”, los cuales a la postre han resultado premonitorios, como en su momento se señaló en la prensa europea a la novela de Leonardo Sciascia “TODO MODO”, guardando claro, las distancias y proporciones que al efecto pudieran resultar conducentes.

Surgen de inmediato a la palestra inquietudes sobre la conexión que tal anuncio, o los antecedentes que llevaron al mismo, mejor dicho, pudieran guardar con los sucesos de la pasada “Nochebuena”, o los hechos derivados del mismo como es la delincuencial cremación de los vestigios mortales de las personas fallecidas en los mismos sin que la indagatoria penal hubiese concluido.

El deceso repentino del responsable de la política educativa en el país, constituye otro de los lamentables episodios de los días recientes, y, ni que decir de la persecución judicial en marcha en contra de un ex gobernante acusado de tortura por el encubrimiento de una pandilla de pederastas de altas polendas.

 ¿En que se conectará todo ello, podemos muy bien preguntarnos, con los secretos recabados en nuestros vecindarios en épocas recientes y debidamente resguardados por la CIA?

Rememórese a mera manera de anécdota, acaso sin mayor vinculación con lo que hasta aquí ha sido la materia de la presente nota:

La opinión pública de Bélgica, Europa y el mundo se habría estremecido hace poco menos de un cuarto de siglo, al formularse cargos ante la justicia contra el multihomicida y depredador sexual Marc Dutroux.

En el proceso seguido contra el violador, secuestrador y homicida de seis niñas cuyas edades fluctuaban entre ocho y diecinueve años, algunas de ellas abatidas por hambruna; saldrían a relucir, en los intentos de encubrimiento, conexiones con fabricantes de armas del país, el entonces gobernante Partido Socialista de Bélgica y el “Gran Oriente” masónico de lieja, que, según fuera reportado por aquellas fechas, tuvieron al país al borde de la secesión entre Flamencos y Valones.