El PAN aunque ya fue durante 12 años gobierno a nivel federal, hoy sigue usando el papel de oposición. En el año 2000 cuando Vicente Fox llegó con la promesa del cambio –promesa que seguimos esperando–, solo se quedó su sexenio como eso, una promesa de cambio. Fox terminó su sexenio con un gobierno amañado a las costumbres de los sexenios pasados. El sector educativo y energético se convirtieron  –o los convirtieron vaya usted a saber quién–, en monstruos y contrapesos muy fuertes para el gobierno federal.

Durante el sexenio de Fox ya se veía el posible sucesor en el partido blanquiazul. Tema que dividió al PAN, ya que Felipe Calderón decidió impulsar su campaña, aun en contra de la aprobación del mismo Fox. En lugar de impulsar a un aspirante lo más limpio posible, optaron por poner a quien velara por sus respectivos intereses. Vicente Fox dio su visto a bueno a Santiago Creel  y Calderón por su parte se postuló como aspirante a la presidencia de 2006.

Después de los disparates que Fox decía, creímos que no existiría un presidente que lo igualara en su “inocencia” y hasta cierto punto falta de sentido común. Pero ya vimos que Peña Nieto no solo igualó a Fox, sino que lo superó y por mucho en cuanto a su ignorancia y falta de resultados.

El resultado ya lo vimos, el candidato fue Felipe Calderón. La elección de 2006 fue muy cerrada e irregular, ya que ganó con una diferencia de 0.58 por ciento. A esa elección se le recuerda como una elección “robada”, un Felipe Calderón recordado como “espurio” y un sistema electoral que dejó más dudas que certezas.

Gracias al “espurio” tuvimos la guerra contra el narco, que hasta hoy en día sigue su curso. Felipe Calderón fue una pésima propuesta del PAN, a diferencia de Fox que ganó justamente su elección y no hubo una descomposición social como en el sexenio de Calderón. Y qué decir de la primera dama en ese momento, Margarita Zavala que pasó sin pena ni gloria y que ahora tratan de vender como alguien capaz. Punto malo para el PAN con los Calderón.

Para las elecciones del 2012, mucho se ha dicho que Calderón y Peña Nieto acordaron que el mexiquense sería presidente. El PAN por su lado volvió a postular a un “churro” de candidata con Josefina Vázquez Mota y jugó muy bien su papel al simular competencia además de perder la elección.

El resultado de 2012 ya lo vimos y para qué contar el desastroso resultado. Pero el tema no termina aquí, ya que el PAN de nueva cuenta jugando su papel de “oposición sacro santa” ahora pretende postular más petardos políticos: Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle.

El PAN parece que no aprende la lección de postular a lo peor de su militancia. Por eso López Obrador está muy arriba en las preferencias electorales. La gente común se cansa de ver que postulan a la esposa de un ex presidente, al líder de un partido o al gobernador que dejó su estado más endeudado que nada. Es decir, la gente común si entiende, el ver a los mismos grupos disputando el poder, los cuates de siempre, las tranzas de siempre. Este tipo de cosas desinflan al PAN.

En el PAN aunque no lo creamos puede haber gente rescatable, o por decirlo de otra manera, personas que tengan una vocación política hacia México. Y no hacia los intereses de los grupos que promueve el PAN actualmente.

Hay ejemplos como el ex gobernador de Guanajuato, Juan Carlos Romero Hicks o el gobernador de Chihuahua Javier Corral. Incluso gente rescatable del PAN capitalino como Xóchitl Gálvez. Son un ejemplo que se me ocurre, tal vez no sean lo pulcro de la política panista, pero son por mucho, mejor opción que la Zavala, Anaya y Moreno Valle.

Pero el PAN tiene intereses, por eso propone lo “peorsito” de su militancia, hace muchos años –tal vez décadas–, que dejaron de ser una oposición real que ve por los intereses de México. Y si ponemos lupa en los cuadros del PAN a nivel estatal y municipal, podemos llorar de ver lo patéticos que son los cuadros locales, así como las nuevas generaciones de panista. Ya están amañados y siguen las mismas prácticas de un partido que está podrido y opaco.

Hoy ante la inminente extinción del PRD, lo reciclado y viciado que está el PAN y que el PRI es el mismo –o un poco peor–, de siempre, la gente voltea a ver a Morena y López Obrador. Mientras la partidocracia siga poniendo las escorias de sus militancias, tendrán que pensar en sofisticar las “triquiñuelas” para posicionarlos.

De tanto que la partidocracia se empeña en poner a lo peor y les va mal, siempre buscan culpar a algo externo, en este caso a López Obrador. Culpan a externos de sus fallas –o de ser corruptos o ladrones–,  y no ven que las fallas son ellos mismos.  Lo barato sale caro, vean el caso de la gestión de Peña Nieto, ¿piensan seguir postulando “malitos”? Tal parece que no entienden que la gente cuando se cansa si entiende.

Twitter: @Hugo_Canelo