Los partidos políticos en todo el mundo suben y bajan, tienen sus momentos de gloria y sus momentos de crisis. Esto permite a los partidos el poder reinventarse, el actualizarse y aprender de sus errores para volver a ser una alternativa para su electorado ya que de otro modo el salir del bajón o de la crisis se convierte en una tarea cuasi imposible.

Después del efecto “AMLO” en las elecciones pasadas no hubo partido que no saliera lastimado, golpeado y en shock. El tsunami que representó Morena gracias a su fundador y candidato presidencial no solo hizo mella en los partidos de izquierda como el PRD, PT y Movimiento Ciudadano, sino que le pasó por encima “en menor medida” a la derecha como el PAN, PRI y el Partido Verde.

El PRI salió muy golpeado, fue el gran perdedor pues, aunque aseguren que fue el PRD quien fue más golpeado, quien perdió más espacios y cargos de elección popular fue el PRI que no ganó ninguno de los 300 distritos en la elección de diputados federales ni tampoco alguna de las 32 fórmulas para el senado. Por si fuera poco, en los estados donde hubo elecciones locales el PRI también perdió gran cantidad de regidurías, alcaldías y diputaciones locales.

Con este diagnóstico tan desolador muchos piensan que al PRI solo falta darle el tiro de gracia en 2021 o 2024 para pulverizarlo y balcanizarlo perdiendo su registro nacional o llevándolo a la triste posición de ser un partido parasito o satélite como lo son el PT, PVEM y MC. Sin embargo, a pesar de lo que muchos digan o piensen, el PRI tiene un as bajo la manga, es un instituto político extremadamente institucional y con una gran cantidad de cuadros que hoy por hoy están participando en gobiernos encabezados por otros partidos políticos. Los priístas son organizados, leales y con una jerarquía que respetan los tiempos de cada quien.

Algo muy diferente sucede con el PRD o incluso con Morena que ya muestra signos de tener la misma enfermedad que el perredismo. Ambos partidos a nivel estatal y el PRD a nivel nacional están dándose golpe tras golpe, hacen alianzas, crean tribus, jalan agua a su molino en una lucha encarnizada por hacerse de las dirigencias locales y estatales. No tienen un líder nacional y en muchos casos ni a nivel estatal o local que ponga orden en la casa. Esto no sucede con el PRI que tiene disciplina respetando al comité ejecutivo municipal, estatal y nacional, así como a sus sectores y organizaciones que servirán para sobrevivir al 2021 y quizá, dar la pelea en 2024.

El PRI tiene la tarea de apegarse a sus documentos básicos y encontrar su nuevo nicho pues de continuar en la corriente de centro derecha invariablemente saldrán más raspados pues el estar en ese espectro ideológico lo llevó a la crisis que vive actualmente. Es necesario que viren hacia la izquierda, mejor dicho, al centro izquierda o socialdemocracia. Tiene que tomar las banderas que tontamente el PRD echó por la borda al aliarse al PAN por tanto tiempo.

Es un momento excepcional para brincar a la socialdemocracia ya que el PRD, aunque intente adueñarse de esa corriente diluyendo su ideología de izquierda por una más light, no tiene la fuerza, la organización y la institucionalidad para hacer que en su barco todos se muevan hacia el mismo rumbo aun cuando ya desaparecieron “hipotéticamente” las corrientes de opinión de sus estatutos. Lo mismo pasa con Movimiento Ciudadano que no tiene arraigo alguno para hacerle competencia al PRI en todo el país pues el MC solo brilla en algunos municipios y en el estado de Jalisco.

Pero, ¿qué banderas debe tomar el PRI? En realidad, son muchas y muy controvertidas, pero si realmente quiere mostrar una nueva faceta y que la sociedad mexicana les crea, deben hacerlo. Entre tantos temas está el matrimonio igualitario, la despenalización del aborto, los derechos de las minorías, el impulso de las energías renovables, la protección del medio ambiente, el ser una oposición real al gobierno y que realmente respondan a las demandas de sus electores en el congreso.

Por otro lado, el Revolucionario Institucional pasa actualmente por un proceso de afiliación, re afiliación y refrendo de militancia con el fin de realizar este mismo año la elección de la dirigencia nacional llamando a la militancia a elegir libremente a quién quieren como líder por los próximos cuatro años.

Si en cambio el PRI se maquilla para parecer que cambió y sigue protegiendo a políticos corruptos, a líderes sindicales charros, a empresarios que son un lastre para el país, si sigue ignorando a la sociedad, a sus militantes y hace lo que solo un grupo compacto quiere, entonces este instituto político que a pesar de sus errores, de su corrupción y su larga historia de atrocidades ha logrado construir la mayoría de las instituciones que hoy tenemos, ha desarrollado la mayor parte de la infraestructura que permitió y permite a México ser una de las principales economías del mundo y la segunda más poderosa de Latinoamérica, colapsará más temprano que tarde.