La saña de la escena es propia de la más deleznable película del género “gore” y la recibí en un video que de 2 minutos aguanté apenas los primeros 15 segundos. Me lo envió doña Gertrudis Fernández, a quien conocí hace varios años en su casa de la calle Juárez de Contepec, Michoacán, en el mero cruce con la llamada Carretera “N”, la libre que va de Atlacomulco a Maravatío, que paradójicamente en lengua purépecha significa lo que la violencia borró del mapa: “lugar hermoso”.

Les platico: Un sobrino suyo que andaba en “malos pasos” fue levantado hace cuatro días por una patrulla de Maravatío. No se supo más de él… hasta ayer que recibió en su celular vía wattsapp el video del que doy cuenta aquí.

Su ejecución fue filmada fríamente por una banda rival que controla gran parte de ese territorio: Cobran derecho de piso a negocios, extorsionan, secuestran a los que no quieren pagar la cuota, colocan retener en las carreteras y caminos vecinales, controlan las policías de varios municipios -incluso a varios alcaldes- y son socios forzosos de los agricultores y ganaderos de la zona.

Apenas cae la noche, son pocos los que se aventuran a circular por esta carretera, que ni de día tiene el tráfico de hace unos 15 años, cuando a juzgar por lo que dicen los lugareños, se comenzó a descomponer la cosa.

Los criminales que torturaron y asesinaron al sobrino de doña Gertrudis son a los que el presidente López Obrador exhortó desde Soto La Marina a que por favor se porten bien y antes de cometer sus fechorías, piensen en sus mamacitas suyas de ellos, porque guácala con la delincuencia, fuchi y que se vaya al carajo.

Ahora sí, como dijo Jack El Destripador, vámonos por partes:

1.- El problema de México no es el narcotráfico. Sí lo es que el crimen organizado se está apoderando poco a poco del gobierno o del Estado mexicano. Comienzan con las policías municipales, las de los pueblos más chicos, más indefensos, luego le siguen con los alcaldes, después con los gobernadores y así se van comiendo pedazos del País, de la autoridad.

Llega un momento en que el crimen organizado sustituye totalmente a la autoridad y reemplaza al Estado en sus funciones y atribuciones esenciales y exclusivas, que según la teoría del derecho son el uso de la fuerza pública, el establecimiento y aplicación de las leyes y la recaudación de impuestos; este es el monopolio estatal por antonomasia.

2.- Cuando el crimen organizado se apodera de una región, como Ciudad Victoria, Atlacomulco, Veracruz, Reynosa y Matamoros, como buena parte de Michoacán, sustituyen al Estado; los criminales ponen las leyes, ellos dicen quién entra y quién sale.

Ellos tienen la fuerza pública, no es la policía municipal o la del Estado, ellos son los de las armas, los de las patrullas, los de los uniformes, y en general las policías trabajan para ellos.

Los criminales son la fuerza pública.

Ellos cobran los impuestos, el peaje, ellos rentan. Cuando llegan a esos niveles de apoderamiento, su verdadero negocio no es la venta de la droga, ni el tráfico de personas, ni el huachicol, ni los giros negros, ni los casinos; no señor, su verdadero negocio es la extracción de rentas de la sociedad.

Por eso secuestran, por eso extorsionan, por eso cobran derecho de piso, porque de hecho ya son el gobierno, porque el negocio del gobierno es cobrar impuestos. Entonces, si los criminales ya pueden cobrar impuestos, si son la ley que rige en grandes extensiones del territorio nacional y si las fuerzas públicas del orden trabajan para ellos, estamos ante un gobierno institucionalmente fallido y ante un gobierno de facto ejecutado por criminales sanguinarios, como los del video.

3.- No les pasa nada si se les quita el huachicol, porque son una especie de “multitask”, “tareas múltiples”.

Padecemos en México más que un crimen organizado, un “crimen multitask”, porque todo lo que dé dinero, es de ellos, ante la ineficacia práctica en esos tres grandes rubros que son el monopolio del Estado: Fuerza pública, leyes y recaudación de impuestos.

De hecho, los criminales no perforan los ductos de Pemex, ellos les cobran a los huachicoleros. No controlan los “tables dances” ni los casinos ni la “trata de personas”, ellos les cobran a los de los giros negros, a los casineros y a los traficantes de personas.

El crimen organizado no es el que contrabandea a través de las aduanas; ellos “venden” hasta en un millón de dólares los puertos fronterizos y cobran ese dinero a los contrabandistas; claro, hacen socios de este negocio a las huestes de Peralta, el hoy sub secretario de gobernación, desde que éste era el Administrador General de Aduanas.

4.- El giro del crimen organizado es el derecho de andar extorsionar y cobrar cuotas. La droga es solamente uno de sus negocios.

El verdadero problema del crimen organizado en México, es que como no se le enfrenta, como no se le combate, está capturando y haciendo preso al mismo Estado.

El pago de cuota a un criminal en cierta zona, ya no es un tema de drogas. El huachicol demuestra que el Estado mexicano ya fue rebasado, desplazado de sus funciones y responsabilidades básicas, las más importantes.

 

Mañana, ¿cuál fue el error del gobierno de Peña Nieto en relación al “crimen organizado multitask”? Y ¿por qué no dan frutos los esfuerzos del actual régimen en materia de seguridad?

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.