Pasan los días y a diario observo, sobre todo en redes sociales, posiciones encontradas con las que no me identifico.

Ni el ataque sin sustento, pero tampoco la defensa a ultranza de un gobierno nos llevan a nada. Ni las mentiras de los primeros para tratar de argumentar sus críticas, pero tampoco las justificaciones y mucho menos las descalificaciones a quienes no comulgan con sus ideas nos hacen un mejor país.

Sería recomendable matizar, mesurar, distender las cosas, aflojar la presión y sentarnos a dialogar con un espíritu de encontrar acuerdos y no amacharnos las posiciones de cada grupo.

Trato de oír a unos y otros, pero el ruido y su volumen no me lo permiten, de tal suerte que termino, como la inmensa mayoría de los mexicanos, sumido en una profunda confusión.

Deseo sinceramente que a México y su nuevo gobierno les vaya bien, porque siendo así nos va bien a todos. Normal y natural el que existan voces críticas que hagan señalamientos y deberían ser bien recibidos si es que estos son hechos con elementos de juicio necesarios y con un soporte que sustente, pero la respuesta en todos los casos es el insulto, el minimizarlos, el buscar ridiculizarlos y adjetivarlos y así no se puede.

Ni unos ni otros tienen la verdad absoluta porque a cada ciudadano el mismo fenómeno le puede afectar o beneficiar de distintas formas, de tal suerte que no existe la unanimidad.

Deberíamos, en aras de vivir en paz y de encontrar consensos,  de ser más receptivos y tolerantes, de ser capaces de ceder ante una prueba y ser mil veces mejores en la argumentación cuando defendemos un punto.

Los dos bandos pecan de lo mismo, no son capaces de hacer ni una cosa, ni la otra.

La confronta no nos lleva a ningún lugar y los agravios, sobre todo los insultos, dejan huellas indelebles.

Vamos buscando la forma de acabar con la polarización y estirar todos para el mismo lado; para ello será necesario que ambas partes, les guste o no, encontremos los puntos de coincidencia y avancemos. Eso será el abono necesario para empezar a discutir con altura de miras y civilidad nuestras diferencias para encontrar juntos soluciones.

¡Basta ya de pelear!