Desde que iniciaron las campañas en Sonora he criticado la guerra electoral que han emprendido mutuamente los equipos de campaña del PAN y del PRI, principalmente en la contienda a Gobernador.

Sondeando a la gente, he podido constatar que los ciudadanos desconocen a ciencia cierta lo que proponen los 2 principales aspirantes al Gobierno de Sonora. Como contra parte, irónicamente tienen más conocimiento de los escándalos. Lo que viene a confirmar una vez más, que tristemente una guerra sucia bien orquestada tiene más impacto que una positiva.  

El equipo de Pavlovich Arellano y la misma candidata, tiró por viaje han señalado la bien documentada corrupción y el enriquecimiento del Gobernador Guillermo Padrés. Situación que considero no está en duda. Hay una percepción generalizada en la opinión pública, de que la gestión de Padrés Elías ha sido turbia y deshonesta.  

Sin embargo, hay que tener autoridad moral para señalar, de lo contrario se cae en lo absurdo y en la criticadísima doble moral que tanto daña a la política mexicana.

Digo lo anterior por los escandalosos audios que el equipo panista a filtrado a los medios de comunicación. Los primeros en el influyente periódico Reforma, donde exhiben el tráfico de influencias de la entonces Senadora por Sonora, Claudia Pavlovich, quien en 2014 torció a modo licitaciones para beneficiar con obras a empresarios sonorenses.

La candidata respondió diciendo que ella consideraba que las obras sonorenses deberían ser realizadas por empresarios sonorenses, fomentando así el empleo y la activación económica del Estado. Lo cual tiene cierto fundamento, pero lo que también es cierto es que eso se llama corrupción. Por donde me la pongan, beneficiar a tus amigos con obras millonarias es tráfico de influencias y corrupción.  

Por si eso no fuera suficiente, esta semana filtraron más audios, donde a mi juicio, de manera contundente exhiben como en 2014, Claudia Pavlovich solicita la mochada correspondiente de una gestión exitosa a un empresario del ramo acuícola.

?Que se ponga guapo?, se escucha claramente con su voz y hasta con su estilo al hablar. Y aunque tardó en responder, el PRI ya desacreditó los audios respaldándose en un supuesto peritaje del FBI, quien dictaminó que las llamadas están editadas, manipuladas y sacadas de contexto.

Lo de cortadas y manipuladas es obvio, no iban a mostrar las llamadas completas. Pero eso no necesariamente desacredita el señalamiento. Mismo caso con el argumento de ?sacadas de contexto?, pues me cuesta trabajo pensar que la frase ?Que se ponga Guapo? haya sido utilizada con una connotación diferente a la que todos conocemos.

Por otra parte, el espionaje que el Gobierno del Estado está o ha estado llevando a cabo es reprobable. Se están utilizando recursos públicos con fines meramente políticos. Sin dejar de mencionar que esta guerra electoral no está costando 5 pesos, sino millones de pesos que salen del pago de impuestos.  

Tiene razón la candidata priísta al exponer que ha sido víctima de un espionaje ilegal, tiene también razón al exigir un derecho a la privacidad, y principalmente tiene razón al exponer que dichos recursos deberían ser utilizados para combatir al crimen organizado. Como de costumbre el Gobierno se muestra feroz contra sus contrincantes políticos, pero a la vez tibios con el narcotráfico.  

Para finalizar considero que no importa cuánto te investiguen, cuánto te graben o cuánto te espíen cuando realmente se trabaja con rectitud y honestidad total. Pues difícilmente podrán exhibirte de forma contundente. Algo que por lo visto no aplica a la candidata del PRI Claudia Pavlovich.