Se presentó el PEEF (Paquete Económico para el Ejercicio Fiscal) 2019 en el Congreso. Habrá que esperar, ahora, los cambios que le realicen, aunque seguramente serán nimios dada la mayoría de Morena en la Cámara. El problema de que pase tal cual se presentó es que, en el mejor de los casos, es una serie de buenas intenciones, pero con nefastos resultados.

Saltándonos la parte de ingresos, los egresos le ponen número al populismo mal maquillado que goza de cabal salud. Demuestra las filias y las fobias de AMLO. Las últimas tendrán un alto costo para el país y no en una cuestión de este presupuesto. Lo estaremos pagando durante muchos años.

No velar por el futuro

Los países deberían invertir en el futuro, en los siguientes aspectos: 

• Preparación de su gente, en el mundo competitivo en que vivimos, (nos guste o no), las personas deben estar mejor preparadas y, con ello, tener la opción de ingresar a buenos lugares para estudiar. Poder hacerlo en las casas reconocidas de estudio como son la UNAM, el IPN, la UAM, donde la educación es de calidad probada y, además, gratuita. El hecho es de que la propuesta del PEEF 2019 contempla un descenso en el financiamiento a estas casas en un promedio del -6.2% (variación real).

• Innovación y tecnología. Se disminuye el presupuesto destinado a Ciencia y Tecnología (13.6% menos), también el de CONACYT en casi un 14% (becas a los mejores estudiantes, para estudiar en el extranjero con el requisito de regresar a México a compartir su conocimiento). También disminuyó el presupuesto en lo que se refiere al programa PROSOFT (programa para el desarrollo de la industria del Software) que dependía de INADEM, mismo que tendrá un recorte del 80% a su financiamiento (pues lo van a desaparecer). Una verdadera pena dado que era apoyo real y vital para las empresas que desarrollan software o tecnologías de información en nuestro país.

• Proteger el medio ambiente. Igual que Trump (qué tristeza) y de las dos formas; la segunda peor por haber pedido “permiso” a la madre tierra...

o Primero, se disminuyó el presupuesto destinado a conservar y proteger el medio ambiente en casi un ¡30%, mientras que para Agricultura y Desarrollo Rural la disminución es del 28%.

o Aumenta el presupuesto al petróleo, apostando por una energía contaminante (igual que ha hecho Trump con el carbón), cuando se debería invertir fuertemente en energías limpias (energía solar, eólica).

Con dichas partidas presupuestales, AMLO y la SHCP ponen en números, de forma clara y contundente, que el futuro definitivamente no es su prioridad.

Binomio educación-empleos, forma de crearlos, reproducirlos y mantenerlos

Va de la mano con la disminución en partida presupuestal de los institutos y universidades tecnológicas. Se requiere que quienes entrarán al mercado laboral estén mejor preparados y listos para producir artículos y propuestas con valor agregado. Esto se logra con mejor educación técnica. Lo anterior ha quedado demostrado en los sistemas educativos de países tan disímbolos como Alemania, Japón y China, por mencionar solo algunos. Estas naciones apostaron por invertir fuertemente en educación, con énfasis en matemáticas, ciencias, tecnología e investigación, formando ingenieros y técnicos. Conociendo lo que la industria necesitaba y a dónde querían enfocar la economía. Invertir en la gente sí, pero con un fin determinado y buscando mejorar la productividad, la competitividad y siendo pioneros en tecnología.

Pero en estas latitudes se ha optado por desaparecer al INADEM (Instituto Nacional del Emprendedor); error de primaria, pues ahí se concentraban programas tan valiosos como los apoyos a las Pymes, PROSOFT y Pymexporta. 

Mientras que el programa de jóvenes contará con 44,000 millones de pesos, el de apoyo a las Pymes tendrá solamente 3,000 millones. Se les olvida que dicho sector (por el tamaño de empleados) es la fuente de siete de cada diez empleos. El 80% de las Pymes no sobreviven a los dos primeros años; si logran “pasar” dicha barrera, sus probabilidades de sobrevivencia se volverán “ciertas” hasta los primeros seis años. Por ende, es requisito seguir invirtiendo en ellas; su retorno, son empleos bien remunerados.

El programa Pyme abarca hasta el sector de servicios (hotelería, restaurantes) intensivos en mano de obra calificada (al menos en idiomas). Además de las empresas gacela (las que crecen muy rápido y requieren otro tipo de apoyo, aquí van muchas de las TIs–tecnologías de la información) y las que se convierten en parte de la cadena productiva (aquellas empresas mexicanas que se pueden volver proveedoras de la industria pesada, como la automovilística).

Empleados y empleador 

Uno de los proyectos estrellas de la 4T (números presupuesto 2019) es el de apoyo a los jóvenes. 44 mil millones de pesos para beneficiar -si acaso- a un millón de personas. En números redondos, 44 mil pesos por persona por un año para trabajar. Un sueldo mensual de $3,667. El programa –basado en buenas intenciones- no ofrece trabajo asegurado en las empresas donde son “capacitados”. Se trata de una muy pobre beca al desempleo. 

Las empresas hasta ahora comprometidas en este esquema mencionan que solo el 0.5% de quienes se capaciten con ellos, podrían ser contratados. Por suponer, pensemos que es el 1%; estamos hablando que del millón de chicos, dentro de un año, solo 10,000 tendrían un trabajo seguro. ¿Qué vamos hacer con los otros 990,000? ¿No sería mejor, que entraran a una universidad o instituto tecnológico (de los que ya existen)? Tendrían una carrera técnica, con la cual podrían entrar a trabajar de fijo en diferentes industrias.

La diferencia de invertir en educación al programa en comento, es como enseñar a pescar o dar el pescado. En hacer profesionistas que pueden mejorar por sí mismos o crear un programa clientelar, donde solo se les acostumbra a recibir dinero.

Social y productivo

Se incrementó el presupuesto en programas de corte asistencialista y clientelar. El de los jóvenes y diversos de la secretaría del bienestar (antes desarrollo social). El más emblemático el de apoyo a adultos mayores, para el cual es una bolsa de 100 mil millones de pesos. Otra vez, es bueno apoyar a este grupo vulnerable de la población, pero eso NO se logra dándoles dinero en efectivo. Eso es absolutamente clientelar. Ayudarles, es proveer asistencia médica gratuita (el presupuesto de salud aumentó menos del 1%, además de que desaparece el Seguro Popular) y crear proyectos productivos para ellos (rubro que en el programa de apoyo a pequeños productores tuvo una reducción del 54%).

Desafortunadamente, en este rubro se disminuyó el presupuesto para FONART –apoyo de artesanos-, el programa 3x1 (el gobierno pone un peso y los otros dos la comunidad y los mexicanos en EEUU) y el programa a jornaleros. Eso sin olvidar que también disminuye el apoyo en guarderías (otra vez, le pegan a los trabajadores y a las mujeres por partida doble). 

En resumidas cuentas, el PEEF 2019 fortalece los programas clientelares. ¡Una vergüenza!

Lo público y regalado no es cuidado ni apreciado

Lo terrible de esta parte del presupuesto es que al conjuntar las cifras de los programas asistencialistas/clientelares y las de los programas productivos, tenemos la peor de las ecuaciones. 

Por un lado, se incentiva a que las personas sólo reciban dinero, sin ningún compromiso o responsabilidad a cambio. Eso hace populistas y clientelares a estas iniciativas. Por el otro lado, los programas que incentivan el esfuerzo, el estudio, el trabajo, son despreciados por la presente administración. Y no lo dice quienes suscriben este texto, lo dicen los presupuestos.

Hemos perdido décadas con programas clientelares que dejaron a los más necesitados en la misma situación en la que estaban. Es momento de invertir (dado que eso promete la 4T) en programas que eleven la competitividad, que permitan a los beneficiarios de los mismos, lograr emprender y mejorar por ellos mismos, y no tener que esperar el apoyo del gobierno. Lo contrario no es transformar ni es querer al país y menos a sus habitantes; solo es alimentar el círculo de la pobreza, y eso es precisamente lo que busca esta administración que apenas inicia.