Lo busqué porque en medio de tantas alusiones a la “Liga Comunista 23 de Septiembre”, pocas opiniones como la suya tan acreditadas, tomando en cuenta que Gustavo Adolfo Hirales Morán fue el fundador de ese grupo terrorista que el 17 de septiembre de 1973 asesinó al industrial regiomontano Eugenio Garza Sada.

Y con más razón considerando que el desafortunado escrito de Pedro Salmerón sobre ese hecho, le costó ayer su puesto como director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México.

En febrero de este año hablé con Gustavo Adolfo y el resultado fue un artículo que titulé “Lecciones de un guerrillero a los dogmáticos de izquierda”. http://www.elhorizonte.mx/opinion/editorial/lecciones-de-un-guerrillero-a-los-dogmaticos-de-izquierda-/2447363

Ayer volví a hablar con él y el producto de esa conversación en seguida se los platico:

Lo primero fue rememorar con datos duros lo que ocurrió hace 46 años a las 9 de la mañana en las calles de Luis Quintanar y Villagrán de la Colonia Bellavista de Monterrey, muy cerca de las oficinas de don Eugenio en la Cervecería Cuauhtémoc.

Una camioneta en la que iban Hilario Juárez García y Elías Orozco Salazar, integrantes del grupo subversivo, se le atravesó al paso al Ford Galaxie negro modelo 1969 en el que viajaba el más importante líder empresarial de esos años.

En ese cruce de calles aguardaba como elemento de apoyo, Miguel Ángel Torres Enríquez. Todos portaban armas cortas.

Con movimientos que fueron ensayados durante semanas, en forma coordinada, los dos más jóvenes del grupo guerrillero, Anselmo Herrera Chávez y Javier Rodríguez Torres, abrieron la portezuela delantera derecha e intentaron sacar del vehículo a don Eugenio, quien tenía 81 años de edad.

Fueron recibidos a balazos por el chofer Bernardo Chapa. Anselmo y Javier fueron heridos y al percatarse de ello, Edmundo Medina Flores, líder del comando, que estaba de posta en el mismo crucero, mató al guardaespaldas Modesto Torres Briones.

En medio del tiroteo, don Eugenio recibió un balazo y Elías lo cargó para tratar de llevarlo a una “casa de seguridad” cercana donde planeaban mantenerlo mientras negociaban un rescate de $5 millones de pesos, que la Liga pretendía utilizar para financiar sus actividades de guerrilla armada. Pedirían también la liberación de varios de sus integrantes que estaban presos.

Elías contó más tarde que cuando notó que don Eugenio se desvaneció, lo colocó en el suelo y escapó. El industrial murió minutos más tarde, lo mismo que los guerrilleros Anselmo y Javier.

Miguel Ángel escapó con dos heridas de bala en una pierna y fue apresado un año después cuando pidió asilo político en la embajada de Francia en México.

Elías fue capturado el 8 de octubre de 1973 en Amecameca, del Estado de México, en una reunión nacional de instructores de la Liga. De Hilario nunca se supo más. Elías y Miguel Ángel fueron los únicos participantes en el intento de secuestro que estuvieron presos en el penal del Topo Chico, de Monterrey.

Fueron los penúltimos en ser liberados al darse una amnistía por parte de López Portillo, que los consideró presos políticos y no reos comunes.

El último en ser liberado, de todos los guerrilleros de la Liga, fue Gustavo Adolfo Hirales Morán, quien ayer me dijo que fue un grave error haber creído que la lucha armada y ese tipo de acciones violentas, eran la vía para lograr lo que ellos buscaban.

“Creo que Salmerón se equivocó al calificar como ´jóvenes valientes´ a los que asesinaron a Garza Sada, porque el gran error de quienes formamos la Liga fue creer que el fin justifica los medios. Fue un error creer que el militarismo delirante de la Liga llevaría a la izquierda al poder en México. Los que cometieron ese acto eran idealistas y al igual que yo -que fundé la Liga- equivocamos la estrategia al creer que con acciones de ese tipo lograríamos nuestros objetivos”

Gustavo Adolfo Hirales Morán

A su juicio, ninguno de los elementos que tomaron parte en el secuestro eran terroristas entrenados para asesinar. “La muerte de Garza Sada y su escolta no formaba parte del plan”, expresó.

“Esas muertes fueron un error gravísimo de la Liga, porque de ahí en adelante se desató una feroz cacería contra nosotros, donde uno a uno fuimos cayendo, unos a la tumba, otros a la cárcel y muchos más a las listas de desaparecidos”, añadió, quien pasó 7 años preso en el Penal del Topo Chico, de donde salió amnistiado en 1980, tras ser apresado el 24 de agosto de 1973. Él sería uno de los liberados como parte del pago del rescate de don Eugenio.

Gustavo Adolfo es considerado ahora como un guerrillero arrepentido, quizá porque estando preso fue maestro de muchos reclusos a quienes adentró en la lectura y otras actividades que ayudaron a su reinserción social.

De usar la crítica de las armas, pasó a las armas de la crítica, porque convirtió la cárcel en una universidad.

El ex guerrillero urbano, nacido en 1945 en Mexicali, ha escrito varios libros, como “Memoria de la guerra de los justos”; “El complot de Aburto”; “Camino a Acteal”; “Chiapas, otra mirada”; y “Los desaparecidos de la guerra sucia”; además del poemario “Siempre de nuevo”.

Incluso Jesús Reyes Heroles citó fragmentos de su libro “La Liga Comunista 23 de Septiembre”: Origen y Naufragios”, para justificar la amnistía de los presos de la guerrilla.

De Salmerón dijo no conocerlo personalmente, “pero no me cae bien porque sus caracterizaciones históricas son muy forzadas y sesgadas hacia un lado izquierdoso que no conoce la realidad actual de México.”

“Salmerón es un ideólogo típico de los que abundan en la 4ª Transformación, nada más que ahora, debido al control de daños ordenado, queda fuera del gobierno”, terminó diciéndome.

 

“Cuando abundan las opiniones sobre un hecho como la muerte de don Eugenio, cuando hay dudas y muchos se sienten dueños de la verdad, conviene preguntar, leer, ver y escuchar a quienes han vivido en carne propia lo que otros suponen cómodamente y sobre eso opinan”, dice la irreverente de mi Gaby.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.