El priista Manlio Fabio Beltrones Rivera se mantiene en su postura del gobierno de coaliciónprácticamente como una solución a la crisis y podredumbre política en nuestro país. Caso contrario, advierte, México va directo a la colisión.

Manlio dice gobierno de coalición para garantizar la “gobernabilidad democrática”. 

¿En serio es la solución?

Veamos el ejemplo oaxaqueño. Claro, guardando las proporciones porque en el sexenio anterior gobernó un gobierno de coalición, pero fáctica; la coalición electoral entre partidos políticos simplemente saltó al ejercicio de gobierno y terminó en un rotundo fracaso dejando al estado en colapso económico y social.

¿El fracaso obedeció a falta de reglamentación del gobierno de coalición oaxaqueño? Parece que no.

En el 2010 cuando Gabino Cué Monteagudo ganó las elecciones de Gobernador de Oaxaca respaldado por una coalición electoral integrada por el PRD-PAN-PT-Convergencia, no existía en la Constitución Política Particular la figura del gobierno de coalición. Pero el entonces mandatario entrante consiguió por lo menos una reforma para la ratificación de los integrantes de su gabinete legal por parte del Congreso del Estado.

Y con la ratificación, como también plantea Manlio Fabio, se trataba de asegurar la calidad del conocimiento de los miembros del gabinete. Gabino Cué habló, incluso, que con ello se buscaba también el profesionalismo y la transparencia en la administración pública.

¿Y qué pasó? ¡Todo lo contrario!

Las ratificaciones se convirtieron en un jugoso negocio para los diputados locales de las correspondientes Legislaturas; avalaban al funcionario aún cuando no cumpliera el perfil legal. Evidentemente, el gobernador proponía a sus cuates a o las cuotas otorgadas a sus aliados (partidos políticos y poderes fácticos), pero en la mayoría de los casos éstos no reunían todos los requisitos señalados en la ley y en muchos casos no tenían experiencia.

Entonces, repartían cantidades industriales de dinero entre los legisladores para asegurar las ratificaciones, además de manera tersa, sin la menor protesta.

Y el gobierno encabezado por Gabino Cué terminó siendo una escuela de aprendices, que salieron con doctorado de saqueadores.

¿Sería distinta la ratificación planteada por Manlio Fabio en el gobierno de coalición? Mmm, parece que no. Dada las arraigadas malas costumbres de nuestro sistema presidencialista, quien gane la Presidencia de México querrá nombrar en su gabinete a sus cuates, familiares o socios en negocios inconfesables; y lo mismo harían los coaligados.

Y si los coaligados no se ponen de acuerdo internamente sería un desastre que repercutiría en el gobierno. Vamos a suponer de las elecciones del 2018 derive un gobierno de coalición, en el que participe el PRD… ¿cuál sería la tribu a incluir en este gobierno?

Y si fuera el PAN, ¿tomarían en cuenta al de Ricardo Anaya Cortés? ¿O al de Margarita Zavala? 

Francamente habría que conocer íntegra la propuesta de Manlio Fabio sobre el gobierno de coaliciónpara tener la certeza de la funcionalidad o disfuncionalidad de la figura jurídica. O tendríamos que esperar a ver el resultado del gobierno de coalición establecido en la Constitución de la Ciudad de México.

Manlio Fabio Beltrones plantea: “Nunca más una escuela de aprendices, eso es importante, si se llega al gobierno es para poder hacer funcional el gobierno no para llegar a aprender”.

Por muchas razones queda en tela de juicio. De entrada por las razones expuestas en párrafos anteriores, y luego porque tampoco los políticos tienen derecho de perpetuidad en el ejercicio del gobierno, hablado de los poderes Ejecutivo y Legislativo.

¿Qué quiere decir Manlio con “nunca más una escuela de aprendices”? ¿Qué solamente podrán integrar el gabinete políticos de su camada por los siglos de los siglos amén? ¿O qué le darán oportunidad a tantas personas que están en el anonimato, pero que en realidad son quienes hacen el trabajo en la función pública?

Preguntemos: ¿Cuántos años lleva Manlio Fabio Beltrones en la política y ocupando cargos públicos y de representación popular? ¿Cuántos lleva su hija y su yerno? (¡qué bueno que están aprendiendo a tiempo!)

Ciertamente, como dice Manlio Fabio, el sistema político en México está agotado. Pero la solución  no será el gobierno de coalición, donde seguramente entronizaría la realeza política.

Hay otros mecanismos, como comentamos en ocasión anterior, como, por ejemplo, hacer efectiva la obligatoriedad de los electores de votar en las elecciones populares; así se evitarían triunfos pírricos y sin legitimidad, lo cual es precisamente lo que no quiere Manlio. 

La obligación de votar es ya un mandato constitucional, solamente es necesario cumplirlo. ¿Cómo? Sancionado a quien no vote, por ejemplo, con cancelarle sus derechos políticos en un año. Todo ya está, solo háganlo efectivo.