Si no se hace algo y rápido en relación con la crisis que se está presentando en el sector energético, las consecuencias serán catastróficas. No será culpa del neoliberalismo o de la reforma energética o de cómo le dejaron las cosas a la presente administración, ni tampoco de las intenciones del presidente Andrés Manuel López Obrador de tener un sector energético dinámico y que sea motor del crecimiento económico de México.

El problema está en que el director general de la CFE, Manuel Bartlett decidió no escuchar al presidente Andrés Manuel López Obrador que el sábado 22 de junio anunció en Mérida que se normalizaría la llegada de gas natural a la Península para la generación de electricidad.

Manuel Bartlett se ha conducido, como se dice en política, por la libre, motivado desde luego, por sus intereses económicos y políticos, tomando una serie de decisiones encontradas que están paralizando al sector y las inversiones, de ahí la baja calificación a CFE.

Contradicciones e intereses 

La crisis del sector energético vendrá del lado de la CFE, ya que su director, Manuel Bartlett, quiere generar electricidad a través de combustibles fósiles, como carbón, combustóleo y diésel.

En otras palabras: a Bartlett le interesa estar bien con el rey del carbón, el senador Armand Guadiana Tijerina, con empresas como la IUSA de Carlos Peralta y Raúl Salinas y no le importa generar luz, cara, contaminante y poco eficiente.

Tan sólo en las últimas semanas hemos visto cómo se ha desatado una guerra soterrada entre las dependencias y funcionarios del sector energético involucrados en la generación de electricidad.

El lunes 17 de junio CENACE emitió una declaratoria de emergencia eléctrica en la Península de Yucatán por la falta del gas natural que se requiere en las plantas de generación.

Para Bartlett fue la gran oportunidad de meter sus intereses y señaló: La emergencia en el suministro de electricidad en la Península de Yucatán fue una medida que se tomó para apurar la instalación de un oleoducto para llevar diésel de Puerto Progreso a la Central de Mérida III. ¿Y el gas natural que anunció el presidente dónde queda?

A esto se suma el debate sobre los tres apagones generales que ha sufrido la Península de Yucatán, de los que Bartlett señaló no fueron por falta de gas. sino por un incendio en la maleza que afectó los sistemas de la CFE.

En tanto las empresas IEnova y Trascanada anunciaron el pasado 11 de junio que el ducto marino ya estaba concluido y en posibilidad de entrar en operación.

Sin embargo, justo el mismo día que oficialmente se dijo que el día 15 se normalizaría el envío de gas a la Península de Yucatán y que se garantizaría la demanda con la entrada en operación del ducto marino, el director de CFE, retando al presidente reviró y anunció que interpuso una demanda de arbitraje internacional en contra de las empresas que construyeron el ducto marino, con lo que se atrasa de manera indefinida su entrada en operación y por tanto la llegada del gas natural.

Negocios para los cuates, agravio al país 

De esta forma, Bartlett garantiza a “sus cuates” la compra de carbón, diésel y combustóleo para generar luz y también garantiza, seguramente a otros “cuates”, la construcción de la planta de energía que no hace falta.

A ello se suma que la CFE otorgó un contrato para cambiar todos los medidores al grupo IUSA de Carlos Peralta, que tiene como director adjunto a Raúl Salinas de Gortari. Por cierto, esta empresa se encuentra bajo investigación por posibles prácticas monopólicas.  

De ahí que ya no resulte sorprendente que Bartlett no pudiera presentar los estados financieros de la CFE, se le volvió “a caer el sistema” y las calificadoras reaccionaron.

Las consecuencias catastróficas para el país en varios sentidos:

Conflicto diplomático: El embajador de Canadá en México, Pierre Alaire, urgió al Gobierno de México a tener reglas claras en contratos con empresas privadas canadienses.

En riesgo el T-MEC: a las dificultades que tiene Estados Unidos para que su Congreso lo apruebe, ahora se suma la desconfianza de Canadá frente a México, lo que puede hacer que al final este acuerdo quede sin efecto.

Crisis energética: con la decisión unilateral de Bartlett de llevar a un arbitraje internacional el contrato con IEnova y Transcanada, se evitará llevar gas a la Península de Yucatán, cancelando su desarrollo y haciendo pagar la luz más cara a los yucatecos. También afectará procesos de Pemex muy importantes que requieren y esperaban el gas para muchos procesos que se verán afectados.

Crisis económica: La primera señal se dio en la baja en el mercado accionario de varias de las principales firmas del sector energético, a lo que se sumará la salida de capitales que no tienen garantías en el país.  

La calificación que las entidades financieras internacionales dan a CFE y a Pemex, no son debido a que no estén tomando en cuenta la variable de corrupción como alude el presidente López Obrador, sino por la falta de definición del plan energético, así como por la inoperancia que se está generando y que pone en riesgo, al final de cuentas, la soberanía nacional. Al tiempo.

Posdata 

AMLO salió a tratar de recoger el tiradero de Bartlett diciendo en la mañanera de hoy que lo que se busca con el arbitraje es negociar con las empresas y llegar a algún tipo de acuerdo favorable para todos. Suerte en eso, pero se ve complicado el panorama.