Norberto Rivera Carrera, Arzobispo emérito de México, exigió a la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad que den con los responsables de la agresión que sufrió en su domicilio y en la que perdió la vida el policía José Javier Hernández elemento de la policía bancaria.

Ahora que el cardenal fue víctima de la violencia que afecta y ha crecido  en todos los rincones de del país, esta vez sí exige justicia para se capture a los culpables del incidente.

Rivera, un personaje controversial, teme por su vida, se siente inseguro a pesar de que estar protegido por escoltas.

El cardenal disfruta y ejerce poder religioso y político que utiliza para su beneficio personal. Rivera ha sido captado en grandes y suntuosas fiestas en las que aparece portando sus joyas… estuvo presente en la fiesta de Diego Fernández de Cevallos cuando celebró su cumpleaños. Entre los asistentes figuraban Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón, Carlos Navarrete, Porfirio Muñoz Ledo, el empresario y multimillonario Carlos Slim, Jorge Castañeda, José Córdoba Montoya, ese es el círculo en el que se mueve el cardenal; no con las víctimas de abuso sexual, no con los pobres y más necesitados, no, se reúne solo con los poderosos…

Rivera jamás ha exigido que los más de 22 sacerdotes que han sido acusados de abusos contra niños, sean castigados. Por más de veinte años protegió al menos a 15 sacerdotes pederastas en la Arquidiócesis, además de defender y tratar de esconder el escándalo del padre Marcial Maciel, el todopoderoso y millonario fundador de los Legionarios de Cristo. Maciel tardó cuatro décadas en formar su imperio, durante de los cuales disfrutó de su  doble vida: un bondadoso sacerdote entregado por completo a Dios y la de un hombre egoísta, estafador, adúltero quien tenía dos esposas e hijos; un pederasta escondido tras la sotana pero bien conocido y protegido por la iglesia. Entre sus víctimas estaban sus propios hijos. Norberto Rivera siempre  protegió y defendió a Marcial Maciel. Los principales y más importantes integrantes de la iglesia católica conocían las perversidades de Maciel, pero todos guardaron silencio…

El Cardenal emérito Norberto Rivera Carrera, jamás ha exigido justicia para las víctimas de abuso, ni siquiera por tratarse de niños inocentes que confiaron plenamente en esos sacerdotes que vilmente aprovecharon su investidura y sotana para esconder su perversidad; seguros de que sus crímenes quedarían impunes y protegidos y enterrados por la Santa Iglesia.    

Mientras, las vidas de esos niños quedarán marcadas para siempre.

Norberto Rivera es un hombre rico y poderoso un hombre de Dios que carece totalmente de empatía con las víctimas de abuso…