En un intento fallido, en su columna de hoy en El Financiero, Raymundo Riva Palacio quiere cubrirse bajo el manto de Carmen Aristegui. La trayectoria periodística de Carmen es incomparable con la trayectoria periodística de Raymundo. Riva Palacio ha sido un mercader del periodismo, Carmen ha sido y es una periodista a secas, su historia lo comprueba.

Aristegui se equivocó al mencionar a su hijo antes de leer la carta de sus críticos, una carta civilizada, como ella lo mencionó; yo agrego, también fue una misiva prudente, puntual. Como preví, no se discute lo esencial: saber si las investigaciones de Article 19 y Signa Lab (Iteso) en contra de Notimex tienen sesgos, si ejercen un mal periodismo. Presumo que el tema familiar le duele a Carmen, es comprensible, sobre todo frente a la infame turba que la critica en redes sociales por un asunto que no es periodístico.

Miserable, Riva Palacio zopilotea y usa a Carmen en su propio beneficio para tratar de “legitimarse” en una época donde su voz ya no tiene peso, donde sus artículos se desinflaron. Raymundo se promueve como incisivo e independiente cuando la historia lo condena por servil y dependiente (ahí están sus cuentas bancarias).

Raymundo quiere sumar a su grupo a Aristegui:

“Aristegui pasó a ser en estos días parte del grupo que, por no tener un pensamiento alineado al Presidente, ha sido atacado vitriólicamente. El rencor babea en las redes contra periodistas como Ciro Gómez Leyva, Carlos Loret o Joaquín López-Dóriga, que por años, como Aristegui, han abierto la arena pública para la discusión de las ideas, chocando públicamente, no pocas veces entre ellos mismos, pero con la información, nunca descalificación.”

En una sospechosa sincronía, Eduardo del Río publica casi lo mismo en 24 Horas: “Pablo Hiriart, Ciro Gómez Leyva, Pascal Beltrán del Río, Leo Zuckermann, Raymundo Riva Palacio, Carlos Loret de Mola, Héctor de Mauleón y Carlos Marín, entre muchos otros más, se suman a la lista de informadores víctimas de un yugo invisible que se expresa, de manera implacable, en el espacio digital para intentar censurar y denostar su labor informativa. Medios como Reforma, El Universal o El Financiero no escapan, tampoco, a este fenómeno”.

No, Raymundo, no te equivoques. Aristegui no es como ustedes. Ni tú ni Ciro ni Loret ni López-Dóriga le llegan al periodismo de Carmen quien, a fuerza de persecusiones y despidos, forjó una carrera sólida, creíble. A ninguno de ustedes lo han reinstalado por presiones de la gente.

Descreo del “reportaje” de Azam Ahmed en el NYT como descreo del trabajo “periodístico” en contra de Notimex por parte de Article 19. Aún no entiendo cómo le dio tantos minutos Carmen Aristegui. La conversación debe de ir por ahí, evaluar el mal periodismo, no meterse con la familia de los comunicadores, eso no se vale. No se vale ni para denostar a Carmen como tampoco para usar el tema como cobija propia. No Raymundo, no te equivoques.