Ayer en la entrega de los Oscars vimos todo el glamour de la farándula Hollywoodense. Vestidos de todos los colores y denominaciones. Arreglos de todos los tamaños y formas. Y sobre todo vimos una diversidad que no había en las entregas de antes.

Desde que hay redes sociales, las críticas a todo llueven como tormenta tropical y los muy conocidos memes inundaron twitter y Facebook. Que si el vestido de tal artista es muy amarillo que si Gael debería de dedicarse solo a actuar y no a cantar.

Pasó lo que pasa pocas veces en el año, la familia entera sentada frente a la TV viendo un programa con un invitado como lo es el celular. Todos nos convertimos en expertos de cine y también en críticos de moda. Como era (o es ) en los pueblitos de México, sacar la mecedora y ver pasar a la gente.

Los mexicanos

En cierta parte de nuestro corazón, todos los mexicanos estábamos apoyando a lo que nos representa, ya sea como película o como personas. Coco, una película que es un homenaje, de cierta manera, a nuestra tradición del Día de Muertos. Guillermo del Toro, en competencia con todos los otros directores de película. En el año de la diversidad en los Oscars, era un buen momento para llevarse algo a casa.

Y sí, Coco ganó como mejor película de animación y como agregado ganó como mejor canción. Olvidándonos que la película fue hecha por Disney-Pixar, en México la adoptamos como nuestra. Con muchos simbolismos y recuerdos de artistas que ya no están, el tema de Coco es un tema de México aunque los mexicanos involucrados solo prestaron voces y México solo les prestó la tradición del Día de muertos.

La parte más importante de estos premios era que nuestro representante ganara el “tetracampeonato” del mejor director. Guillermo del Toro, conocido por sus películas de monstruos y fantasía , estaba nominado como mejor director y su película estaba nominada en otras 12 categorías.

Ganó del Toro como mejor director. Ademas de esto, La Forma del Agua fue ganadora con la mejor música original, el mejor diseño y la cereza del pastel, como mejor película. El nombre de México resonando en las altas esferas de Hollywood y por lo tanto en muchos lugares del mundo por una noche. Lo mejor de todo es que el nombre de México sonó de manera positiva y no teniendo que ver con acusaciones de algún político o algún crimen. Por unas horas el nombre de México fue un mensaje positivo y no el mensaje negativo que tantas veces ha manchado a nuestro país.

El ejemplo

Por cuarta ocasión, un director mexicano gana el Óscar como mejor director. Guillermo del Toro estuvo compitiendo contra factores que compiten todos los mexicanos en el extranjero. La nacionalidad, las ideas sobre los mexicanos, el idioma y sobre todo, que los demás crean y compren las ideas que él vendió. En un mundo donde los mexicanos no somos nada, ni en porcentaje, del Toro es parte del trío del directores mexicanos que han ganado el Oscar en la vitrina más americana del mundo, Hollywood.

Si estos hombres han logrado ganar algo en Estados Unidos, ¿por qué a muchos de nosotros nos da miedo la competencia? ¿Por qué queremos ganar con la ley del mínimo esfuerzo?

Este año, un mexicano más nos dio el ejemplo que las cosas se pueden hacer con trabajo, trabajo y más trabajo. Que el camino está lleno de críticas y críticos, de no creyentes y de personas que se suben al carrito ya que estás en el camino ganador y no se habían subido cuando no había certeza que el camino que se tomó era el de la victoria.

Sería increíble que algún día alguien o los mismos directores, escribieran la historia de cómo llegaron al lugar donde están ahora. La historia de Del Toro me parece que sería interesante pues sus monstruos son los que lo llevaron a donde está ahora. La admiración por gente que ahora son sus colegas le dieron un premio. Estoy completamente seguro que si le pregunta a Guillermo del Toro sobre lo que hizo le dirá que tuvo que hacer cosas que no le traían satisfacción para llegar a donde está. Levantarse temprano, buscar patrocinadores, ser rechazado una y otra vez, pero eso fue lo que lo puso donde está ahora.

Los jugadores de futbol, antes de jugar tienen que entrenar, hacer ejercicio, tener dietas estrictas para llegar a donde están. Los procesos de diseño para los creativos suelen ser agotadores hasta llegar a la desarrollar la idea final.

Aprovechemos el ejemplo y la puerta que nos abren los mexicanos que ganan fuera. Los que hacen que el nombre de México, al menos por unas horas, se deslinde de todos los contextos negativos. En ese momento efímero, el mundo puede darse cuenta que somos más los buenos.