No cabe duda de que la noticia de esta semana fue la renuncia de Margarita Zavala a su candidatura independiente. Desde luego los hipotéticos no se hicieron esperar, tanto Meade como Anaya serán los más beneficiados por este tema. Pero si se llegaran a beneficiar por igual PRI y PAN, me parece que de poco les servirán 1 o 2 puntos porcentuales en las preferencias electorales.
La renuncia de Zavala debe tener un trasfondo específico, pero no se ha pronunciado abiertamente a decir a quien piensa beneficiar con su renuncia. Intentar aliarse PRI y PAN es una idea demasiado riesgosa para una posible coalición. Es más viable que hayan preferido adherir al aparato de Zavala con uno de estos partidos, al menos sin decirlo abiertamente.
Ante este anuncio, está demasiado claro que el fracaso de la candidatura de Zavala es la misma candidata. Pero también deja al descubierto tres grandes fracasos:
El primer fracaso es el PAN. Rompieron el partido, se fueron panistas a Morena y otros con la “independiente” Zavala. El PAN terminó forzándose a hacer alianzas con PRD y MC, convirtiendo en una especie de “vecindad” política en los acuerdos de dicha coalición. El caso más claro de esa coalición deforme es Jalisco, se apoyan mutuamente, pero no van en alianza.
Dentro de este fracaso panista, quedan dos grandes villanos: Felipe Calderón y Ricardo Anaya. Hay que recordar que cuando Calderón llegó a ser presidente, polarizó primero al PAN y después al país con su triunfo espurio. Para 2006 Calderón pactó con el PRI, usando de tapete al PAN y a Josefina Vázquez Mota. Con tantos enemigos internos, era normal que para 2018 pocos quisieran a los Calderón en el PAN, y sobre todo imponiendo agendas.
Hoy Calderón vuelve a ser factor junto al mal liderazgo interno del entonces presidente de partido, Ricardo Anaya. Este fracaso del PAN debe tiene a estos claros y grandes autores.
El segundo fracaso es el PRI. Se sabe de más que Felipe Calderón y el presidente Peña Nieto tienen vínculos políticos de hace tiempo. Ante la ruptura del PAN ―aquí se incluye la ruptura del PRI con el PAN― y el nacimiento deforme de su Frente, se vieron obligados a dividir el voto con Margarita Zavala como independiente. La inminente fuerza de Morena y López Obrador exigía más figuras mediáticas que intentaran fragmentar el voto como en la elección del Edomex.
Se arriesgaron con la imagen de que Zavala es mujer, independiente y ex primera dama. Está más que claro que el PRI y PAN son los principales partidos del actual sistema político y de gobierno. Siempre son y fueron cómplices, a pulso se ganaron el nombre de PRIAN. Zavala le falló a este conjunto político prianista.
El tercer fracaso son las candidaturas independientes que no lo son. Surgió como una moda en 2015 con Pedro Kumamoto en Jalisco y el falsificador de firmas Jaime Rodríguez Calderón en Nuevo León. El Bronco se encargó de demostrar que los independientes son una farsa más, sobre todo si tienen un fuerte antecedente partidista.
Para estas elecciones de 2018 hubo decenas o cientos de intentos de candidatos independientes. Pero al final terminaron estando cerca Armando Ríos Piter, Margarita Zavala y el Bronco. Todos con antecedente de partido, con mala reputación y señalados de falsificar firmas. El tamaño de la farsa es tal que, el Bronco es candidato con todo y firmas falsas. Ríos Piter terminó de tapete en la campaña del PRI y José Antonio Meade. ¿Si desde la recolección de firmas era evidente el fracaso, por qué insistir en forzar las candidaturas independientes que a la vista no lo eran?
Ante esta cínica y evidente farsa independiente, era de esperarse que se quedaran por debajo de los 5 puntos en las encuestas. Ríos Piter no llegaba ni al 1 por ciento en algunos casos. Es normal que hayan bajado a Margarita de la contienda. Además, la Calderona no podía hilar una oración en el primer debate presidencial. Su discurso carece de nitidez, fluidez y sentido común. Zavala quedó demasiado a deber en el debate, demostró que en realidad está muy sobrevalorada. Fracaso enorme por donde quieran verlo.
Más que “estrategia”, la renuncia de Zavala huele a desesperación, a miedo, a derrota. En el hipotético caso de que se reconcilien los Calderón con Anaya, es demasiado tarde. Una parte del PAN se quedó en Morena, además tendrían que reconfigurar la coalición del Frente.
Si la renuncia de Margarita fue sin ninguna intención ―lo cual dudo mucho―, en poco modificará el mapa electoral actual. Pero si tiene y trae un trasfondo, me parece que se están perfilando a otro fracaso más. La victoria de Morena y López Obrador es casi un hecho, falta plasmarlo el primer día de Julio. Margarita Zavala fracasó desde la gestación de su candidatura, la polarización del PAN, además y de la solitaria y falaz campaña independiente.
Twitter: @Hugo_Canelo