La mayoría de los mexicanos tenemos un familiar, amigo o conocido al que le da por contar chistes en un velorio.

Si hasta ayer usted no conocía a nadie con tan mal gusto, entonces déjeme presentarle a doña Margarita Zavala festejando en twitter el hecho de que el INE la validara como candidata independiente (aquí el chiste se cuenta solo) pese a haber entregado más de 700 mil firmas irregulares.

“Con mucho gusto les comparto que el @INEMexico ha validado nuestras firmas y estaré en la boleta. Es un gran honor y una enorme responsabilidad. Gracias a todos los voluntarios y a los ciudadanos que me dieron su apoyo ¡Vamos por la Presidencia!”

Por eso, “Ya no hay pudor”, “qué falta de tacto”, “¿qué no se da cuenta cómo y dónde estamos?” son algunas de las frases que los deudos del chiste y de eso que llaman democracia mexicana, expresan al tiempo que lanzan tres preguntas que merecerían ser contestadas a la brevedad

1.- ¿Por qué el INE valida a una candidata que presenta 432 credenciales apócrifas, 212,198 fotocopias y 6,714 documentos no válidos?

A la hora de las ponderaciones, los tres candidatos independientes  (Ríos Piter, “El Bronco” y la propia Zavala) mintieron en mayor o menor grado. Los tres deberían estar sujetos a investigación. Los tres deberían estar fuera de la contienda electoral.

Y es que en el momento en el que el INE legitima a Zavala por un tecnicismo denominado “umbral de firmas exigidos por ley”, se da un tiro en el pie como institución garante de la legalidad de un proceso de por sí complejo y complicado.

El mensaje es claro: Se puede ganar haciendo trampa. En México ¿alguien lo duda?

2.- ¿Y Marichuy?

Para el votante mexicano, es una suerte de FRAUDE (así, con mayúsculas) que el sistema electoral mexicano valide a una candidata con un modus operandi de todos conocido y que Marichuy, la candidata que obtuvo el 94% de firmas válidas a comparación del 41% del Bronco, 13% de Ríos Piter y el 55% de la propia Zavala, no esté presente en la boleta electoral.

El mensaje es claro: La corrupción como estrategia gana más que la dignidad como forma de vida y trabajo. Eso quedó muy claro.

3.- ¿En qué quedamos?

En la narrativa periodística a modo, sobran elogios para Margarita Zavala. Lo que falta es pudor.

Por ejemplo, Jorge Fernández dice que la recién ratificada “Dará un aire de frescura y decencia a la lucha electoral”. Otros más, obviando el desaseado proceso por el que llegó a la boleta electoral, sitúan a la señora Zavala en cualquier cantidad de escenarios y estrategias políticas para restar votos al puntero en todas las encuestas.

Sin embargo,  la honestidad y la ética de María de Jesús Patricio Martínez le hace sombra por contraste a la incipiente campaña de la esposa del ex Presidente Felipe Calderón.

La injusticia histórica que han padecido los pueblos indígenas quedó evidenciada con la exclusión de su representante en la boleta electoral: Ella debió estar en la boleta electoral en lugar de Margarita Zavala.

El mensaje es claro:  “chingón” es el que hace trampa y se sale con la suya, “tonto” es aquel que sigue las reglas y pierde por esa misma razón, cuando debería ser justamente lo contrario.

Mientras tanto, la pregunta sigue en el aire: ¿Qué festeja margarita?

¿Usted qué opina, estimado lector?