Con Margarita Zavala en la contienda por la candidatura presidencial del PAN se le dificultan las cosas tanto a Peña, es decir, al PRI, como al Peje y, de hecho, también a los posibles independientes. Margarita, puede ser un polo de atracción para lo que ha sido o es el voto independiente y también para el voto de castigo, con ello puede ser alternativa para una parte de los que votarían por el Peje simplemente por joder al PRI, también para los sin partido y, con ello, Margarita ya se les adelantó a todos los posibles independientes. Pero, por supuesto, no todo es miel sobre hojuelas. ¿Qué hará Moreno Valle? Suponiendo que Margarita se impusiera en el PAN, ¿Moreno Valle se disciplinaría o se iría de "independiente"? O tal vez al revés, ¿suponiendo que se impusiera Moreno Valle Margarita se iría de ?independiente"?

Por lo pronto, Margarita es una figura con reconocimiento nacional y con una gran seriedad, lo cual es un problema para el Peje, quien como siempre, quiere vender el cuento de la "salvación nacional", lo que con Margarita ahí se le dificultará bastante. Pero la presencia de Margarita no solamente es un problema para el Peje, es también, y en primerísimo lugar, un gran desafío para Peña, para el PRI. Peña tiene que construir un candidato confiable, sólido, de aquí a fines del 2017, en poco más de dos años. Peña tiene que: a) asegurar el (más, menos) 35% histórico del PRI y algo más de sus aliados (Verde y Panal) y, además, b) tiene que ganar voto independiente, eventualmente, voto útil. Es sabido que los resentidos votan "izquierda", sobre todo votan el Peje. No sabemos ahora qué pasará con la ?izquierda"; si estuviera dividida entre el Peje y otro - digamos Mancera o un de la Fuente o algo así -, tendría menos oportunidades aun cuando el Peje concentrara la mayor parte del voto de resentimiento. Por eso, por los resentidos pejeorcos y por la posible atracción de Margarita, el PRI tendría que hacer un gobierno de éxitos de aquí a finales del 2017. Para eso el petróleo no cuenta por el precio deprimido. Lo único que parece quedarle a Peña para certificar su periodo como un éxito es impulsar la economía y la receta es sencilla en principio: modificar la situación fiscal.

Todos los especialistas coinciden en que reduciendo impuestos de diferente tipo y disminuyendo controles - que se prestan a la extorsión - se impulsaría tanto la producción de las empresas como el consumo y el ahorro de la clase media. Acción rápida en este terreno daría resultados ya para mediados de 2016. Peña tiene ahora el Congreso y con ello puede hacer reformas. Con la reforma impositiva tendría las bases para cerrar su sexenio como éxito y hacer al PRI competitivo, tanto frente a Margarita como frente al Peje y a un eventual independiente. Si Peña pretende insistir en su vena populista la perspectiva es incierta. No solamente no mejorará la economía con el dispendio de programas sociales creadores de clientelas, sino que las clientelas priistas son en gran parte veleta. Ya en el 2006 se fueron con el Peje. Por lo demás, los resentidos no tienen llenadera - nada más hay que ver a la CNTE -, lo que se les da y regala nunca es suficiente, siempre quieren más y de todos modos odian al PRI y lo seguirán odiando.

Por lo que hace al Peje y a su Morena está claro: ellos ocupan y seguirán ocupando el lugar de los resentidos babeantes de hiel. Bastó con ver a Martí Batres en la mesa postelectoral de dirigentes partidarios con López Dóriga: Batres mordía y babeaba odio y agresión. Basta con oír los anuncios de Morena: pura catástrofe, "robo", "despeñadero" y todo tipo de desgracia nacional como el continuado "robo" de "nuestros recursos" - incluyendo el oro de Moctezuma -. O sea, el Peje y sus pejeorcos tienen patentado el espectro político del chillido, la queja, el sombrerazo, la toma, el plantón y la mentada de madre. Así seguirán, con Margarita ahí el Peje no podrá correrse al centro crítico - si es que lo hubiera querido -, ese ya va a estar ocupado por Margarita. El lugar de oposición razonable, confiable, lo tendrá Margarita. Al Peje y a sus pejeorocos no les quedará más que seguir ladrando y berreando, seguir como los patrones y los portadres de odio y los agoreros de la desgracia y el desastre.

En pocas palabras, con Margarita ahí Peña tendrá que aplicarse, que mejorar mucho, el Peje se quedará como el patrón de los resentidos realmente resentidos y cualquier independiente tendrá que pensarlo muy bien pues su espacio ya estará ocupado en gran parte por Margarita.

Alberto J. L. Carrillo Canán

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