Violencia política rumbo a la elección del 6 de junio

Las elecciones del próximo 6 de junio transitan por dos vertientes que ponen en riesgo la elección y con ello la democracia; uno es la participación del narco en el proceso electoral y el segundo, la polarización y confrontación de la población como estrategia para ganar votos.

Los dos fenómenos han llevado al país a vivir la mayor violencia política de la que se tenga memoria.

Con datos verificables de la consultora Etellekt, entre el siete de septiembre de 2020, fecha en que inició formalmente el proceso electoral, y este mes, se han registrado 238 agresiones contra políticos, con un saldo de 218 víctimas entre precandidatos, candidatos, exalcaldes, regidores, funcionarios partidistas o de gobierno. De este total, 61 fueron asesinados, lo que representa un promedio de dos por cada una de las 28 semanas transcurridas.

Destaca también que, desde que el gobierno federal anunció su estrategia de seguridad para los candidatos, el pasado cuatro de marzo, han sido asesinados seis aspirantes a alcaldías en los municipios de La Perla, Veracruz (Melquiades Vázquez Lucas); Nuevo Casas Grandes, Chihuahua (Yuriel Armando González Lara); Isla Mujeres, Quintana Roo (Flor de María Ballina Sánchez; Casimiro Castillo, Jalisco (Alfredo Sevilla); Chilón, Chiapas (Pedro Gutiérrez), y el de Ocotlán de Morelos, Oaxaca.

La violencia

La característica violencia verbal de AMLO ha resultado muy perniciosa para la democracia, no sólo porque el presidente debe gobernar para todos los mexicanos, sino porque su estilo de gobierno reproduce el sistema de concentración del poder en una sola persona. El compañero presidente concentra poder absoluto sobre el Ejecutivo, su bancada en el Congreso y desde luego, de su partido, Morena.

Desde su púlpito, como si estuviera en la edad media, en lo más profundo del oscurantismo que llevó a las cruzadas, AMLO elige día con día un enemigo a quien atacar. Igual ha insultado a los científicos que a los que tienen grado de doctor, a ingenieros y arquitectos, minimiza a las mujeres e impone a un violador como candidato en Guerrero y se inventa complots en su contra.

De acuerdo con el guion de su Rasputín Epigmenio Ibarra, para el presidente todo aquel que esté en contra o que por la falta de resultados cuestione su gestión como gobernante, es un traidor a la patria.

AMLO acusa a la prensa de México y del mundo de hacer un complot en su contra y constantemente descalifica cualquier movimiento opositor, los señala de estar aliados con la corrupción o de ser parte de las mafias del poder. Así pasó con BOA, Frenaa, Va por México, México unido contra la Corrupción, intelectuales y un largo etcétera que incluye al mundo entero, españoles, gringos o europeos. O estás con él o en contra él.

Candidatos de Morena relacionados al narco

Otro factor negativo que permea esta elección es la presencia del narcotráfico en las esferas de decisión gubernamental y en muchos de los candidatos, sobre todo de Morena.

Desde su formación el partido del presidente ha tenido la sombra del narco, ejemplos sobran, como el caso de Tláhuac en la CDMX, que fue gobernada Angelina Méndez, poderosa lideresa de los Panchos Villa y cuyos nexos se habrían extendido al tráfico de drogas, quien fue sustituida en la elección de 2015 por Rigoberto Salgado Vázquez, financiado por el narcomenudista Felipe de Jesús Pérez Luna “El Ojos”.

En 2010, el entonces diputado federal del PRD, Julio César Godoy Toscano, medio hermano del ex gobernador de Michoacán Leonel Godoy, acusado de ser parte del grupo criminal comandado por la Tuta, fue escondido y sacado de la Cámara de diputados para no ser aprehendido por el hoy subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas. Después de diez años reaparece para buscar un amparo, claro con el apoyo de la 4T.

En la elección de 2018 se documentaron casos de candidatos de Morena relacionados al narco. Alfonso Miranda Gallegos, alcalde Amacuzac Morelos, que gobernó desde la cárcel acusado de los delitos de delincuencia organizada, contra la salud y secuestro familiar de “El Carrete”, líder de “Los Rojos”.

Otro ejemplo de 2018 es el de Camilo 'N', postulado por Juntos Haremos Historia a la presidencia municipal de Reynosa, Tamaulipas y quien fue detenido el 6 de abril de ese año acusado de delincuencia organizada.

El director jurídico de la delegación Cuauhtémoc y brazo derecho de Ricardo Monreal, fue detenido en Polanco cuando no pudo comprobar la procedencia de 600 mil pesos que llevaba en la cajuela de su auto. Además, el presidente del tricolor, Mariano Palacios Alcocer, desechó a Monreal cuando pretendió ser candidato al gobierno de Zacatecas en 1998, porque no pudo aclarar las acusaciones que pesaban contra de él y de algunos de sus hermanos por relación con el crimen organizado.

Para la elección de este 2021, las cosas en Morena y sus aliados no cambian, al menos cuatro candidatos a gobiernos estatales han sido señalados por vínculos con la delincuencia organizada.

En Sonora Alfonso Durazo ha sido señalado de tener una fuerte relación con el cartel de Sinaloa, principalmente con el Chapo y su familia. En Guerrero, el candidato violador, también ha sido señalado por sus nexos con el narco. En Zacatecas, David Monreal y, en baja California a través de uno de los partidos satélite de Morena, lanzan a Jorge Hank Rohn.

Este coctel de polarización y vínculos con el crimen organizado de Morena, más algunos casos de la oposición, que tampoco se salva, hacen que esta elección pueda ser una de las más violentas y permeadas por la delincuencia organizada.