“El CISEN, de la Secretaría de Gobernación, es más que nada una oficina de espías. Ellos son los responsables de las intervenciones telefónicas a activistas, opositores y periodistas. Con el cambio desaparecerá el espionaje”

AMLO.

México y la Ley del Padrón: exigirá el registro de datos biométricos.

Y sin embargo, la realidad es muy diferente, Andrés Manuel López Obrador ha demostrado ser un presidente autoritario.

El compañero presidente y camarada se queja y victimiza todo el tiempo, dice que en el pasado los presidentes controlaban todo, que ordenaban al Congreso cómo y cuál ley debería pasar, al Poder Judicial a quién y cómo se debería ejercer justicia, alega que el mandatario en turno ponía y quitaba candidatos y definía elecciones; también, asegura, que los gobiernos espiaban a los opositores a través del CISEN, algo de lo que, incluso, él fue víctima.

Aunque López Obrador, cuestione ese modelo, paradójicamente, por sus decisiones y estilo de ejercer el poder, nos encontramos retrocediendo al México de Adolfo López Mateos, Luis Echeverría o José López Portillo, basta un pequeño recuento de sus acciones:

- Ordenó no cambiar ni una coma a la ley de la Industria Eléctrica y así fue.

- Ordenó al presidente del TEPJF restituir la candidatura a Félix Salgado Macedonio y aun no se dice la última palabra.

- Palomeó a todos los candidatos de Morena a gubernaturas y diputaciones federales y los defiende a capa y espada, sin importarle violar la ley.

- Despareció al CISEN, encargado de tareas de inteligencia contra el crimen organizado y para detectar factores de riesgo contra la soberanía nacional, lo sustituyó por un órgano denominado Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que hace las veces de la Dirección Federal de Seguridad que operaba Manuel Bartlett desde la secretaria de Gobernación y desde donde espiaba y desaparecía opositores políticos.

Pero no sólo se trata del Centro Nacional de Inteligencia sino que, tanto la Fiscalía General de la República a cargo de Alejandro Gertz Manero como la Unidad de Inteligencia Financiera al frente de Santiago Nieto, tienen sus propios centros de inteligencia y espionaje que han sido utilizados para el chantaje político.

El 26 de noviembre de 2020, El Universal publicó una investigación en la que documentó que a finales de mayo de ese 2020, el Centro Nacional de Inteligencia siguió los pasos de FRENAAA. Cuando el periódico solicitó información a la dependencia para conocer las operaciones, el organismo entregó cinco reportes, en su gran mayoría testados, con información general de la organización opositora, pero sin proporcionar detalles de las acciones efectuadas por el Centro Nacional de Inteligencia, pues según argumentó, están reservados por seguridad nacional.

A pesar de que presenten datos y documentación, la respuesta del presidente fue la misma de siempre: 

“No llevamos a cabo esas acciones de espionaje, que eran muy comunes en el viejo régimen, esa es mi respuesta”

AMLO.

Por otra parte, investigadores de Citizen Lab, Whatsapp y organizaciones de la sociedad civil como mexicana R3D, dedicada a la defensa de los derechos humanos en el entorno digital, revelaron que entre abril y mayo de 2019 se detectaron intentos de infecciones usando malware en contra de individuos en territorio mexicano.

Tal asunto puede estar relacionado con el uso del programa de espionaje Pegasus. El informe anual sobre Derechos Humanos del Departamento de Estado del gobierno estadounidense reveló recientemente que la directora de Notimex, Sanjuana Martínez ordenó que los periodistas que hagan cuestionamientos difíciles al presidente en la conferencia mañanera sean atacados, amenazados e incluso revelar su identidad y datos personales a través de Internet y Whatsapp.

De acuerdo con investigaciones de El País y Animal Político que tuvieron acceso a información del Órgano Interno de Control de la Fiscalía General de la República, hoy se sabe, que en los últimos dos años la dependencia a cargo de Alejandro Gertz Manero ha contratado programas para el espionaje masivo de teléfonos móviles.

Los programas de inteligencia adquiridos por la FGR, sirven para la geolocalización de celulares y análisis de datos masivos a través de cuatro contratos por 5,6 millones de dólares con la compañía Neolinx de México. Casualmente esta empresa fue intermediaria de la italiana Hacking Team, señalada de haber sido una de las principales proveedoras de ciberespionaje durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto.

La Red para la Defensa de los Derechos Digitales R3D comentó que la adquisición de estos programas no es ilegal y que, según las autoridades, son usados para el combate a la delincuencia organizada. Sin embargo, también pueden ser utilizados de forma arbitraria, violando el derecho a la privacidad y la presunción de inocencia, advierten.

Una de las primeras acciones de Santiago Nieto en la Unidad de Inteligencia Financiera, fue el congelamiento de cuentas bancarias de Piña Digital, empresa que financió el documental promocionado en 2018 que fue considerado como parte una campaña negra en contra de AMLO.

El espionaje sí existe en la 4T, para completar el esquema, el Senado de la República aprobó una Ley que establece que al contratar una línea celular se requerirán datos biométricos y número de identificación oficial, entre otros documentos.

Dicen los “malvados opositores” de AMLO que esto será un “Big Brother”, que no sólo es inconstitucional, sino que representa una medida de un régimen autoritario.

En verdad AMLO y su equipo élite de la 4T no son iguales a los de antes, son peores, porque aparte de las estrategias cibernéticas y de los organismos de espionaje, se suman los “espías de a pie”: los servidores de la nación que se asemejan a la Gestapo de Heinrich Himmler, a los colectivos paramilitares, más los consejos Comunales que son figuras constituidas legalmente y tienen su marco legal parecido a los Comités de Defensa de la Revolución Cubana.