No es casual que al rescate de Interjet acudieran amigos y paisanos de AMLO —de muy mala reputación— quienes adquirieron el 90 por ciento de las acciones de la empresa. Ahí están el exbanquero tabasqueño amigo de Salinas, Carlos Cabal Peniche, junto con personajes como Alejandro del Valle, experto en telemercadeo y propaganda electoral y Carlos Rello, exsecretario de Desarrollo Económico en el estado de México en el gobierno de Arturo Montiel.

La situación es crítica. Para reducir el tamaño de la empresa por la crisis provocada por la pandemia, Grupo Aeroméxico pidió permiso a una corte federal de Nueva York para liquidar a mil 830 empleados de tierra, tanto sindicalizados como de confianza.

La estrategia de Interjet, por su parte, es un poco menos clara. De hecho, las malas decisiones que ha tomado la empresa, que originalmente era propiedad de Miguel Alemán, los tiene al borde de la quiebra, desde antes de la pandemia.

En noviembre de 2019 el compañero presidente salió a decir que el gobierno ayudaría a la aerolínea Interjet, que para ese momento acumulaba un adeudo por 840 millones de pesos (43 millones de dólares) por derechos de visita, junto con otros pasivos fiscales.

Decía en su púlpito “Hay una polémica sobre Interjet y empresas vinculadas a la familia Alemán. Tenemos la obligación de apoyar a las empresas nacionales. Vamos a estar pendientes para ayudar a que no quiebren”.

Lo curioso es que Alemán Magnani, quien fuera uno de los propietarios de Interjet, es miembro del Consejo Asesor Empresarial del presidente López Obrador y uno de los primeros empresarios que apoyó abiertamente la opción de Santa Lucía. El 15 de noviembre de 2019 declaró: “Sí creo que es viable, a mí no me espanta; nosotros sabemos que las cosas las están haciendo con datos”.

Aeromexico e Interjet

Sin embargo, AMLO ha tenido un trato mucho más amigable con Interjet que con Aeroméxico, empresa de la que dice, no aceptaría condonar impuestos y de ningún modo se comprarían acciones a través de la banca pública, ni mucho menos estatizar la compañía. Se dice que AMLO ha hablado de esta situación con Alfonso Romo y otros miembros de su gabinete y la tesis que predomina es que, si urge rescatar empresas, hay otras más estratégicas que la aerolínea.

¿Hay gato encerrado?

Es evidente el trato desigual que otorga el camarada presidente a las dos aerolíneas. AMLO quiere tener su propia línea aérea que lo distinga y que utilice su central avionera de Santa Lucia, por eso la palanca que va a utilizar es justamente la de Interjet, a partir de la modalidad que él mismo criticó.

El 27 de febrero de 2020, AMLO dijo: “Estamos ayudando para que los trabajadores puedan tener opciones, como contar con una línea aérea, le he pedido al secretario de Comunicaciones, al ingeniero Jiménez Espriú, no se descarta una cooperativa, que puedan tener permisos, nosotros damos las concesiones”.

Para justificar la intención de tener su propia línea aérea AMLO se refirió a Mexicana de Aviación y Aeroméxico: “Este caso fue en el sexenio de Vicente Fox, estas dos líneas aéreas. Mexicana, en efecto, un emblema de la aviación en México y Aeroméxico se entregó. Mexicana se privatizó y el beneficiario fue este señor, Gastón Azcárraga. Sin duda fue apoyado por el gobierno de Vicente Fox, entre otras cosas durante la campaña de Vicente Fox siempre se hospedó en el hotel de Azcárraga. Algo sucedido después del fraude de 2006, recibieron Aeroméxico”

Terminó diciendo que el Estado mexicano se quedó sin ninguna línea aérea, “se despidieron trabajadores, fue una gran desgracia”.

Pero en su administración estamos viendo exactamente lo mismo, primero cómo intenta rescatar una línea aérea en quiebra para hacerla parte de la 4T y, por otro, induciendo de alguna manera la quiebra de Aeroméxico, situación que ha generado el despido, de miles de trabajadores, sobrecargos, pilotos y trabajadores de tierra.

Estos Inversionistas también han trabajado con una de las piezas más cercanas al “mapachero”electoral de Morena y de AMLO, Gabriel García, Coordinador de Delegados Federales, que antes les había dado el contrato para la instalación de cajeros automáticos del Banco del Bienestar. Por cierto, se dice que, tanto Cabal como Del Valle, tuvieron una participación muy importante en la campaña de AMLO de 2018, en el manejo de las redes sociales, bots y otras linduras.

Es así, sin importarle llevar a la quiebra a otras empresas como AMLO quiere su propia línea aérea.