<br>"Un partido es un cuerpo de hombres unidos para promover, mediante su labor conjunta, el interés nacional sobre la base de algún principio particular acerca del cual todos están de acuerdo. Los fines requieren medios, y los partidos son los medios adecuados para permitir a esos hombres poner en ejecución sus planes comunes, con todo el poder y toda la autoridad del Estado".<br>

Edmund Burke

El país transita sobre aguas muy peligrosas. La democracia, las instituciones y el Estado de Derecho están a la deriva.

México camina bajo una perniciosa combinación, entre una oposición sin principios, sin ideología y sin objetivos democráticos y con un presidente de la República que es el único que continúa manteniendo una oposición al incipiente sistema democrático que se había creado en el país.

 

 ¿Dónde están los partidos de oposición? ¿Qué hacen Morena y sus aliados?

PRI, PAN y PRD dejaron de ser organizaciones que representen a individuos y grupos de la sociedad, ahora estos partidos caminan como un monstruo de mil cabezas. Dentro de cada uno de esos partidos, legisladores, gobernadores y alcaldes, caminan por su lado siguiendo su propia conveniencia y lo único que los une son las siglas del partido por el cual lograron una posición.

Ejemplos hay muchos, en el PRI no es lo mismo el grupo de gobernadores que decidió agacharse frente al presidente y decir que lo apoyaran incondicionalmente, como lo mencionó el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad o los legisladores priistas en el Congreso de la Unión que no tienen una posición clara sobre reformas de interés nacional y solo dan bandazos.

En el PAN las cosas no son diferentes, desde que llegó Ricardo Anaya a la dirigencia y dejó a su grupo al frente, ese partido se mantiene fuera de órbita, simplemente buscando beneficios personales como la inmunidad a Anaya y las migajas que les avienta el presidente a cambio de presupuesto y contratos.

En el caso del partido en el gobierno, las cosas no son tampoco nada claras. Como el propio compañero, camarada y líder espiritual, Andrés Manuel López Obrador, concibió a Morena, no como un partido político, sino como un “movimiento” al que todos los mexicanos nos deberíamos sumar, sin particularidades, sin ideologías ni criterios distintos, sino como un acto de fe hacia su persona, con el propósito de desaparecer a los partidos y por tanto a la oposición.

Con agrupaciones, empresarios, colectivos, prensa y demás, temerosos, callados y “lambisconeando” dejando de lado las causas, los principios y las políticas públicas.

 

¿Conservadores y liberales?

En su conferencia mañanera del 6 de febrero, AMLO de plano quitó del espectro político a la derecha, al centro y a la izquierda ya que dijo que en México solo hay conservadores y liberales y los conservadores son malos, por lo tanto, todos debemos ser liberales y seguirlo a él. Con este pensamiento anula a los partidos políticos.

En las democracias modernas no sólo es tarea de los partidos políticos, sino de la sociedad en su conjunto, el mostrarse y oponerse en términos democráticos de participación institucional, para el buen gobierno y eso es precisamente lo que está destruyendo AMLO.

Como lo comentó Liébano Sáenz: "Todo sistema requiere de oposición, incluso se puede decir que la calidad de un gobierno depende en buena parte de quien se le opone." No ha sido el caso. No hay debate propiamente dicho. Sectores que históricamente han contribuido a enriquecer la diversidad y el escrutinio hoy no cumplen su tarea. Lo que no solo es un problema de la oposición formal, sino también de la que proviene de la sociedad, de los medios, de las organizaciones civiles, de los grupos organizados. Si de por sí, el consenso es frágil, lo es más aún cuando se desapega de la realidad y cuenta con una sociedad silenciosa o complaciente.

Sin embargo, la oposición está ausente, no aporta, no dice nada, no pone límites a ocurrencias y a golpes al Estado de derecho. El gritar, ofender, difamar o generalizar, no es conectar con el pueblo; se necesitan argumentos diferentes que toquen la base social para presionar la rectificación del rumbo y los cambios necesarios y verdaderamente transformadores.

Así ha pasado con temas altamente delicados como la cancelación arbitraria del NAIM, la construcción del Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, la compra de pipas, el combate al huachicol, la desaparición del Seguro Popular y la creación del INSABI. Frente a todo esto la oposición ha estado ausente.

Al final lo que caracteriza a la 4T es una oposición ausente y un presidente que debilita día a día el andamiaje institucional, que condena al país a la eliminación de los partidos políticos y de las organizaciones sociales que representen a las minorías, sin un Estado de Derecho discrecional.

La salida está en los jóvenes como lo señala la cantante estadounidense Taylor Swift, quien realizó un documental y una canción en contra de las políticas de Donald Trump. Ella dice que está en los jóvenes la salida, les dice corran pueden huir del fascismo. En su canción Only the Young, dice: “el juego fue manipulado, el árbitro fue engañado, los equivocados creen que están en lo correcto, te superaron en número esta vez”.

Les dice a los jóvenes que corran porque “el gran hombre malo y su clan malo, sus manos están manchadas de rojo”.