Leo en La Jornada lo siguiente:

√ “Lucas Hernández Hernández, gerente de la emisora Opus 94, informó que ‘esto es parte de un recorte, que no se darán los recursos al IMER’, pero advirtió que todavía se sigue negociando, ‘entonces no se ha perdido la esperanza’…”.

√ “Resaltó que hay destacados colaboradores que perderán su empleo pese a que hacen posible la realización de programas de contenido musical que mantienen a esta estación entre las más reconocidas de América Latina”.

√ “En estos casos citó a Javier Platas, conductor del programa La otra versión, que anoche tuvo su última emisión y es uno de los colaboradores ‘más añejos’ de la emisora; la maestra Ana Patricia Carvajal, docente de la Facultad de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien tiene el programa de Música Encantada”.

√ “Otra destacada catedrática que colabora en Opus 94 es Eunice Padilla, quien realiza el programa Bajo continuo de música barroca, y el maestro Erick Zermeño, gran especialista en ópera y conductor del programa Viva la ópera; uno más es el maestro Fernando Álvarez del Castillo, con Quién es quién en la historia de la música”.

Mi nieto mayor, de 8 años de edad, enfrenta algunos problemas que poco a poco está superando con la ayuda de mucha gente buena, entre la que incluyo a quienes programan Opus 94. Cuando, desde hace un par de años que reside en la Ciudad de México ha salido a pasear conmigo los fines de semanas, no pocas veces en la camioneta hemos escuchado el programa Lo que son, conciertos lo que son —no mencionado en la nota de La Jornada, pero al que supongo condenado a morir igual que los otros—, programa muy interesante en el que creo participa Javier Platas. Lo que son, conciertos lo que son ha aficionado al niño a la música, que ha sido su más importante fuente de energía anímica.

Opus 94 es la única estación radiofónica que escucho. Como le dije a Julio Hernández en su programa de Radio Centro, no tengo un noticiero favorito porque no sigo a ninguno. Me entero de lo que todos dicen cuando mis amigos de SDP Noticias me platican.

Si se despide a las personas valiosas de Opus 94, las estaciones privadas de radio no les contratarán: prefieren invertir sus recursos en columnistas a los que ponen a perorar todo el día sobre la actualidad política y económica. Así de jodido el nivel cultural en los medios de comunicación.

El gobierno, entonces, está obligado a mantener Opus 94, la mejor estación de radio del país que desgraciadamente no se escucha en toda la nación, al menos no en Monterrey, donde la estación del gobierno era bastante buena en términos de su programación cultural, pero a la que el ranchero Jaime El Bronco Rodríguez transformó en quién sabe qué chingadera.

Mejor cancelar programas bobos de la TV pública que quitarle recursos a Opus 94. Es una pena que hasta los medios del gobierno prefieren poner a hablar — y hablar y hablar y hablar y hablar— a los columnistas, como el señor Hernán Gómez de El Universal, quien desde hace algunas semanas tiene un programa que se supone es cómico en el Canal 11, que por cierto usó para golpear a una universidad prestigiada, el ITAM.

En la mañanera de ayer el presidente López Obrador decía —con toda razón— que sobran columnistas en México. ¿Por qué, entonces, el gobierno los apoya dándoles recursos que podría invertir en la radio cultural? No nos quejemos si termina por imponerse la dictadura de la comentocracia.