Todo empezó el día 11 de mayo del presente año, cuando alumnos de la Universidad Iberoamericana mostraron su inconformidad al candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, con pancartas, mascaras y consignas manifestaron su opinión frente al abanderado y su partido. Quizás el tema más importante fue la represión que vivió el pueblo de Atenco, caso que en su momento dividió a la opinión pública, pero al final se coincidió en un uso excesivo de la fuerza pública, Peña Nieto “asumió” su responsabilidad, al viejo estilo priístas, todo sea por preservar el orden público.

Lo anterior aumentó las consignas de rechazo, que se venían dando desde el inicio del evento, por diversas irregularidades: acarreados del PRI ocuparon las primeras filas, a los estudiantes se les retiró sus pancartas, además de que se ofrecieron entre $250 y $500 pesos a cada estudiante para que no fueran a realizar preguntas incomodas. Todo esto se combinó en un cóctel explosivo que alcanzó su clímax cuando Enrique Peña Nieto salió corriendo de las instalaciones universitarias. No conformes el equipo del abanderado priísta realizó su versión de los hechos, plasmándolo en un video en el cual “estudiantes” manifiestan su apoyo y reconocen las cualidades de Peña Nieto, además el dirigente nacional del tricolor Pedro Joaquín Coldwell exigió se investigara a los “alborotadores”.

Con todo esto los estudiantes reaccionaron y por primera vez se exhibió con mayor fuerza el cerco mediático de las televisoras, 131 estudiantes realizaron un video demostrando su pertenencia a la Ibero tirando la versión oficial del PRI. Además se convocó a diferentes manifestaciones, las cuales resultaron interesantes debido a que el objetivo no era reivindicar una demanda social o política, defender alguna causa como la indígena, era para manifestar su rechazo a Enrique Peña Nieto y al priísmo; otro factor fue el medio por el cual se convocó, de las redes sociales al Ángel de la Independencia, eso fue la consolidación de la marcha del pasado sábado, desde mi punto de vista las y los organizadores siempre fueron los usuarios, quienes adoptaron una postura horizontal y se dedicaron a invitar a cada vez más amigos y seguidores por la diferentes redes sociales, sin que hasta el momento aparezcan líderes o protagonistas.

Hasta aquí quiero hacer una pequeña pausa, si bien las y los jóvenes tomaron las calles, no veo una propuesta en concreto de parte de la mayoría, esto consecuencia, pienso, de la pluralidad de ideas y posturas envueltas en la marcha del sábado, ahí se podía ver desde panistas, perredistas, petistas, anti partidos, Moren@s, etc. en ningún momento se llamó a votar por algún otro candidato, probablemente fue la máxima expresión de nuestros indignados región 4. Me preocupa en sobre manera lo efímero que puede resultar este movimiento, el cual detonó en una universidad privada lo cual aplaudo, pero que tal si hubiese ocurrido en una institución de educación públicas, probablemente los medios y su comunicadores no habrían sido tan condescendientes.

Pienso que esta indignación se tiene que reflejar en las instituciones, desde un sencillo comité vecinal, congresos locales y hasta las cámaras de Diputados y Senadores, de lo contrario seguiremos con más de lo mismo. En contraste el domingo se realizó una marcha a favor de Andrés Manuel López Obrador, con un nivel de participación igual de alentador, aquí la diversidad de edades fue un poco más evidente, aun así se respiraba un ambiente de festividad y esperanza, a diferencia del día anterior, en esta manifestación se invitaba abiertamente votar por López Obrador, éste demostró su fuerza sin que estuviera presente, bastó que sus simpatizantes y seguidores nuevamente convocaran por las llamadas redes sociales.

Finalmente el lunes 21 de mayo, AMLO tuvo un evento con jóvenes y estudiantes en un lugar que por demás resulta simbólico y doloroso para la juventud mexicana, la Plaza de las Tres Culturas ubicada en Tlatelolco, ahí el candidato se comprometió ante la una generación que se supone esta lista para recibir la estafeta. Pero algunas dudas me asaltan, en primer lugar no pienso que la juventud mexicana se limite al voto y si es así, entonces algo anda mal; si tanto están o estamos hartos de la clase política y los partidos, no veo una propuesta para construir una organización distinta, por ejemplo en Europa las y los jóvenes fundaron el Partido Pirata, así mismo hay que tener claro que las elecciones se ganan con votos y no con plazas llenas, de esas tuvimos muchas en 2006.

Finalmente puedo afirmar que mis expectativas son altas, siempre y cuando esta fuerza juvenil se comprometa a construir organizaciones y partidos políticos distintos a los ya existentes o en el mejor de los casos entrar a rescatarlos, que no se olvide que las universidades son quizás una caja de resonancia en las que probablemente no todas las voces se alcancen a oír. Invito a las y los jóvenes comprometidos a formar una estructura propia, que la indignación sea el motor de algo más que manifestaciones y consignas, a nuestro México le urge sus jóvenes, la moneda esta en el aire…

P.D. Mi reconocimiento a Rubén Jaramillo hombre de lucha y convicción, víctima de la pax del PRI