Que la oposición siga empeñada en desestabilizar al gobierno, que monte aquí y allá actos de provocación como los que están operando los panistas y priistas en Chihuahua y las féminas vándalas, rompiendo y destruyendo expedientes en la Comisión Nacional de Derechos Humanos o que diez gobernadores se estén separando de la Conago para generar un ambiente de tensión con el gobierno federal es harto explicable, pues sus lloriqueos y acciones golpistas son porque los destetaron, porque han sufrido su peor debacle electoral. Estos virreyes de pacotilla perdieron privilegios y negocios sucios que obtenían en lo oscurito con los funcionarios igualmente corruptos. Lo que no se explica es que en el seno del partido Morena haya personajes que ocupan puestos y encargos y actúen como los políticos mafiosos del viejo sistema, replicando los mismos vicios y deformaciones del régimen que derrotamos el 1º de julio del 18.

Resulta grotesco que Yeidkol Polensky, por ejemplo, responsable directa de la desorganización y de las conductas venales de los miembros de su equipo, la que se olvidó de la política y del apoyo al proyecto de la 4at, la que se dedicó a colocar a sus incondicionales en puestos del partido y en encargos del gobierno, como Miguel Barbosa en Puebla y Jaime Bonilla en Baja California, la que judicializó las acciones del partido para que hoy nuestras decisiones internas estén dependiendo en mucho del TEPJF o del INE es, por decirlo de manera poco elegante, una verdadera chingadera. Esto, sin tomar en cuenta la corrupción en su persona y en sus allegados que, a manera de ejemplo, entregaron 400 millones de pesos a un empresario de Querétaro a cuenta de remodelación y equipamiento de inmuebles aún no comprados. Razón por la cual se encuentra demandada penalmente por desvío de recursos públicos entregados al partido por concepto de prerrogativas.

Se necesita ser muy inmoral para que con todo esto sobre sus espaldas, se lance como candidata a la Presidencia del CEN hablando cínicamente que es ella la que representa y defiende el proyecto de la 4ª transformación. ¿Supone la señora que la militancia es estúpida, que no observa ni tiene memoria? Con prácticas parecidas se mueven Mario Delgado, Alejandro Rojas Díaz Durán y un grupo de chiquillos lenguaraces, quienes según el Dr en psiquiatría José Cabrera Forneiro viven de la cosmética, de la imagen pública, de la soberbia y de la demagogia. Curiosamente disponen de enormes recursos, todos oscuros, con apoyos exagerados de los medios más desacreditados que hay en el país. Existen datos y rastreos de sus historias personales y francamente no son nada consistentes ni abonan a sus deseos de dirigir un partido tan complejo como el que tenemos.

Si hay que salir de la crisis política, de su desorganización, del oportunismo de muchos que se han colgado de Morena, de las exclusiones y de las prácticas corruptas de los autollamados dirigentes, tenemos que apelar a la seriedad, a la conciencia, a la experiencia y a la recuperación del sentido de la política para elegir a los cuadros capaces de elaborar proyectos, de caminar al lado de las luchas del pueblo, saber debatir poniendo sobre la mesa ideas y propuestas, apartarse de los discursos facilones, huecos de contenido y sirviendo vergonzantemente a los intereses de nuestros adversarios. En la presidencia y en la secretaría general, deben estar los cuadros con mayor prestigio, autoridad moral y política, constructores reales de un partido que le sirva al pueblo y ajenos a las corruptelas y al oportunismo.

Estas cualidades no se dan en maceta. Son resultado de los que construyen partido, de los que están ligados a los problemas y demandas del pueblo, de los que no organizan clientelas electorales a su servicio, de los que no se marean por tener un ladrillo bajo sus pies. Ya no queremos políticos que se sirvan del trabajo de la militancia y de los que votaron por el Nuevo Proyecto de Nación. Estamos hasta la madre de los cabilderos que se la pasan haciendo antesala en los tribunales corrompiendo ministros y funcionarios para que apoyen sus intereses personales. Queremos que los recursos humanos y materiales del partido, sirvan para avanzar en la transformación del país y para la formación de los cuadros. Queremos una dirección honorable, incluyente. Por eso la mayoría de los obradoristas de dentro y de fuera de Morena votaremos por #PorfirioMuñozLedoYPorCitlalliHernández. Solo estos compañeros le darán rumbo al partido, dignidad al trabajo político y acabarán con la corrupción y el entreguismo de algunos chapulines que, sin pudor, nos quieren gobernar.