Al momento de escribir esta columna, las 20:16 horas del miércoles 23 de mayo de 2012, veo que existen en las tendencias de Twitter en México al menos tres temas que se refieren directa o indirectamente a Televisa: La #MarchaYoSoy132, #NoMasTelevisa y Televisa Chapultepec.

En estos momentos se realiza la ya tan comentada y exitosa #MarchaYoSoy132, un movimiento de miles de jóvenes estudiantes que entre sus principales demandas está la llamada democratización de los medios, eliminar el cerco informativo, y sobre todo y tal como se planteó desde un principio: impedir que Televisa intente “imponer” a Enrique Peña Nieto como presidente del País.

Es claro que una de las molestias principales es contra Televisa, empresa a la que se le acusa, y con razón, de un manejo tendencioso de la información para favorecer a intereses de particulares.

 Concuerdo en muchos de los puntos que reclaman los estudiantes adheridos a este movimiento, principalmente en lo relacionado a Televisa.

Me muestro principalmente ácido ante la telecracia, coincido en la idea de que Televisa, el duopolio pues, constituye un poder fáctico, me niego a seguir viviendo en una “república de pantalla”, y también pienso que Peña Nieto es un producto creado y formado por Televisa, con el apoyo de los lectores de noticias de esa empresa, que muestran un especial favoritismo al abanderado tricolor.

Por estas razones y muchas más, leer por principio de cuentas El Sexenio de Televisa de Jenaro Villamil, hago un llamado a llevar la teoría a la práctica. No queremos a Televisa, estamos contra Televisa, pues apaguemos Televisa, no hay que verla.

Lo escribo porque sé que muchos de los que conforman el movimiento #MarchaYoSoy132, y otros más como los asistentes a la marcha anti Peña, o los asistentes a la marcha a favor de López Obrador (en su gran mayoría críticos acérrimos de Televisa), estarán esta noche muy al pendiente de la entrevista que tengan en Tercer Grado con Peña Nieto.

Sé que el motivo por ver el programa radica en ver que tan “sínicos” “arrastrados” “vendidos” y demás calificativos que se puedan poner, son los polemistas de Televisa. Sé que quieren ver Tercer Grado para confirmar la hipótesis de que en verdad Peña es el candidato de Televisa, entiendo estos motivos. Sé también que cotejarán el programa de esta noche, con el del miércoles cuando aparezca ahí mismo López Obrador.

Desde mi humilde trinchera pido congruencia: estamos en contra de Televisa, pues no veamos Televisa, ni por el morbo de ver “cómo le va a Peña”, ni para comprobar nada. Esa empresa se basa en su tesoro llamado rating, si de verdad estamos convencidos que Televisa te Idiotiza y que es un mal al País, insisto no hay que sintonizar Tercer Grado.

En términos prácticos qué consecuencias habría si nos “perdemos la intervención de Peña en Tercer Grado”, ninguna. Dejemos la curiosidad por un lado y apaguemos Televisa. Predicar con el ejemplo.

Y para de verdad dañar a Televisa sería bueno que después del PRIMER PASO, que significan las marchas, vayamos directo a la ACCIÓN. Televisa, como todos los medios, dependen de publicidad, las grandes empresas del País y el extranjero pagan publicidad en la pantalla para promocionar sus productos y alzar sus VENTAS. Por eso vamos a la práctica del BOICOT, no compremos los productos que se anuncian en Televisa, formemos comités para informar de esta postura, exhortemos a no consumir dichos productos.

Si de verdad queremos tanto perjudicar a Televisa, peguémosle donde más le duele, el rating y el bolsillo. Cerrar la calle de Chapultepec 18 puede ser medianamente perjudicial para los empleados de esa empresa, quizá para los camarógrafos, los telefonistas, los ayudantes. Los panelistas de Tercer Grado y los directivos, dudo mucho que sufran por tener la calle bloqueada.

No sintonicemos Televisa, ni por curiosidad.