Joaquín Guzmán Loera El Chapo, en breve tiempo y sin proponérselo ha logrado lo que todos los partidos políticos y los líderes de izquierda y derecha no habían podido: evidenciar la situación deplorable de la administración de justicia penal en nuestro país. Un sistema coludido y corrupto, infiltrado por el crimen organizado, ineficiente desde sus bases, hasta sus más altas esferas.

El reciente video supuestamente filtrado, cuya explicación es endeble; si existía o no en las indagatorias, con o sin audio, con o sin seguimiento de tiempo y sonidos repetitivos días o semanas antes de la fuga; no sé ya que sea peor si la existencia o la no existencia en las investigaciones. No solo es la permanencia en la prisión de alta seguridad, con todo tipo de beneficios y comodidades, si no el control de las cadenas de mando y de éstas su alta ineficiencia; del área de la Secretaría de Gobernación encargada de los reclusorios; los centros de monitoreo de la Policía Federal; el Centro de Investigación y Seguridad Nacional; la Comisión Nacional de Seguridad; el Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social; en fin, y podríamos continuar citando entes involucrados en la administración de la justicia penal, etcétera. Acaso todos son coludidos, la colusión es un pacto ilícito en daño a tercero, aquí el tercero es la sociedad civil, el pueblo de México.

En Televisa, y menos en los segmentos de Loret de Mola o López Dóriga no se filtra nada, ni la humedad; que acudan a otro lado con ese cuento. Todo lo que aparece en su pantalla es perfectamente calculado y estimado en cuanto a reacciones y beneficios personales para la empresa; ellos compran información y medios, cuasi investigan o compran investigadores a cambio de favores, otra vez la extorsión; desde jueces, magistrados, agentes ministeriales, en fin, ya tienen una procuradora, qué más da.

Sin embargo volviendo al video e inmediata difusión de la noticia del supuesto cerco a Joaquín Guzmán en comunicado que emitió la Comisión Nacional de Seguridad valida lo que la NBC dice: ?El Chapo se estaba escondiendo en un rancho cerca de Cosala, Sinaloa, de acuerdo a tres fuentes se tuvo conocimiento de una operación de la Marina, el capo fue interceptado el viernes 26 pero los marinos se replegaron por los disparos presuntamente de los guarda espaldas de Guzmán Loera. El prófugo realizó una huida precipitada que le ocasionó lesiones en una pierna y en el rostro.? Todo esto el viernes 26 alrededor de las 23 horas.

La fuente más seria y contundente es la televisora estadounidense NBC, ?para nada la Comisión Nacional de Seguridad- según ha trascendido la ubicación exacta por coordenadas satelitales la dieron centros de EE.UU. a la Marina, y ésta se acompañó pacientemente de la PGR y otras instancias; el Chapo y su equipo recibió la información del operativo por lo que no le cayeron de sorpresa, fue avisado. Otra vez se fuga. Pero qué curioso que sepan hasta las lesiones que se infringió en la huida.

El video filtrado más parece una película de la época de oro del cine mexicano, provoca hilaridad, custodios sin protocolos de respuesta ante una fuga de un penal de alta seguridad; oficinistas que monitorean lo abstracto, la nada; largos espacios de tiempo en responder a situaciones de emergencia; primero 36 minutos, después 3 horas; ni siquiera alguien hace una pantomima que refleje preocupación o urgencia; todo forma parte de un escenario calculado y frío de ineficiencia, abandono, ineptitud. No es solo el área de monitoreo de una instancia, son tres instancias cuya labor es ese monitoreo. También la indiferencia a los ruidos de taladros mecánicos y máquinas para romper concreto, un verdadero montaje.

El 19 de enero de 2001 se fugó del penal de Puente Grande, Jalisco metido en un carrito de lavandería (hoy se sabe que fue gracias a un generoso donativo al Presidente Vicente Fox); el sábado 11 de julio pasado fue la segunda fuga de la cárcel federal de alta seguridad del Altiplano, por un túnel de kilómetro y medio; a tres meses conocemos una evidencia determinante; y el viernes 26 de octubre vuelve a escaparse por tercera ocasión de la ubicación precisa en un rancho de Cosala, Sinaloa. Supuestamente está cercado en el área conocida como el Triángulo Dorado. Podrá pasar lo que sea pero no puede ser llevado prisionero a los Estados Unidos no solo por él si no por la red de intereses y negocios que podría afectar.

Joaquín Guzmán Loera está en México, ningún lugar es más seguro para él.

Gracias por su lectura y recomendación en twitter y Facebook

@raulcaraveo

*Raúl Caraveo Toledo es licenciado en Ciencia Política por la UAM Iztapalapa, ha sido catedrático de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación y de la de Psicología ambas de la Universidad Veracruzana, cuenta con estudios de Maestría en Administración y diplomado en Derecho Electoral. Ex analista de estudios económicos de PEMEX, Ex consejero electoral local del IFE-INE en Quintana Roo de 2005 a 2015; ex asesor de la XIII legislatura de Quintana Roo; colabora para varios medios, actualmente CONALEP Quintana Roo.