El gobernador electo en Baja California Norte del partido Morena, pretende hacer lo que en gana le venga con la Constitución, bajo el argumento del pueblo bueno y sabio, eso ya es como el sello de garantía de la 4T, pero pues como todo lo que se hace al aventón se revierte o abre las puertas a una inmensa cantidad de posibilidades, de alternativas políticas. Hay en la ley varias herramientas jurídicas que los afectados pueden utilizar para defenderse de la autoridad o sustentar sus alegatos o como defensa de sus derechos, bueno estoy muy lejos de ser un abogado, pero creo que entiendo lo que es la ley de amparo y la jurisprudencia.

En el caso de la ley de amparo, que sirve para detener la decisión de una autoridad, por ejemplo la construcción del Aeropuerto en Santa Lucía, al parecer ya le encontraron su talón de Aquiles a través del congelamiento de cuentas o de la destitución del juez que acepte esta práctica, entonces esta ley ya no es tan efectiva, pero la Jurisprudencia no, tal vez la 4T deberá emitir un decreto en el que la jurisprudencia solo aplique siempre y cuando en los casos que a ellos convengan, y es que el asunto no es de que un juez otorgue una jurisprudencia, son sentencias que sobre la misma materia ya tomó en este caso la SCJN.

¿Qué pasa si la SCJN aprueba la ley Bonilla?, pues que el señor Bonilla podrá gobernar cinco años y no dos como fue para lo que fue votado. Independientemente de todas las violaciones arbitrarias que se den en las leyes electorales, secundarias, reglamentos, etc. se abre una enorme posibilidad de promoción de este tipo de modificaciones a la ley, en 31 estados de la república más y conforme a cada gobernante crea conveniente. Cualquier estado a través de su congreso local podrá votar en favor del incremento del número de años al periodo en el que están gobernando, basando su tesis en la jurisprudencia que deje la sentencia de la SCJN, en el supuesto de que apruebe la ley Bonilla, es decir se le estaría otorgando al pueblo bueno y sabio o a los congresos locales más poder de los que tiene la federación en materia electoral.

¿Por qué no pretender el hecho de que un gobernador de cualquier estado de la república promueva que su periodo de gobierno deba de ser de 9 años en lugar de seis?, pero por qué limitarse, cuando podrá solicitar 12 o 18 años, si tiene el apoyo del pueblo bueno y sabio o de la mayoría del congreso local, adelante, incluso sin la necesidad de una reelección, directo una iniciativa de ley como la que autorizó Kiko Vega en Baja California Norte que favorece a Bonilla, el gobernador entrante.

Claro que esta ley Bonilla es una especie de ejercicio para cuando el presidente López pretenda hacer una reforma a la ley electoral, entonces aquí suceden dos cosas, una en contra del presidente López y la otra peor para el presidente López y todos los suspirantes a ocupar un cargo como el de gobernador. Aunque parece una ridiculez, que lo es, está sucediendo, el punto es que al momento Morena solo cuenta con 6 gobernadores de 32, 24 son de oposición que podrían buscar una modificación en la ley de esa naturaleza con el apoyo del pueblo bueno y sabio y de sus congresos locales, para ampliar su periodo de gobierno, tres años, seis, doce, los que crean conveniente.

La otra que es peor para el presidente López en caso de pretender ampliar su periodo de gobierno, tendría que hacer una reforma a la ley electoral en lo concerniente al periodo de gobierno y para aprobar una reforma a la ley, se requieren que las dos terceras partes de los legisladores de cada cámara, voten a favor, el partido en el gobierno no cuenta con esas dos terceras partes, pero además requieren que 17 estados de 32 que tiene la república, voten en favor de la propuesta de ampliación de mandato, es decir 11 más de los 6 que tiene Morena.

Digamos que la ley Bonilla puede favorecer a los gobernadores con el apoyo del pueblo bueno y sabio y sus congresos locales, el presidente López para verse favorecido con esa ley, además del apoyo de sus diputados y senadores va a requerir de apoyo de diputados y senadores de oposición para juntar las dos terceras partes y más del doble de los gobernadores que actualmente tiene de su partido.

Don Julio, hablemos de política.

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