“Lo peor de la peste no es que mata los cuerpos, sino que desnuda las almas, y ese espectáculo suele ser horroroso”.
Albert Camus
Los periódicos publicaron: “El gobierno de Estados Unidos levantará cargos contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro por narco-terrorismo”.
Para empezar, Donald Trump es un cobarde, al no asumirse como parte acusadora, pues todos sabemos que “el gobierno de los Estados Unidos” es él. Un país no puede estar loco, una persona sí.
El coronavirus ya ha revelado lo peorcito de algunos personajes: Ricardo Anaya, Salinas Pliego, J. Balvin (y en media hora, Ricardo Alemán no tardará en culpar al “Peje” del Coronavirus), pero el que ya se había tardado es Donald Trump (ya en plan de inventarle cargos a Maduro, de una vez lo hubiera acusado de acoso sexual).
Bueno, sí hay una razón: el petróleo, pero no hay ninguna razón que justifique la agresión, salvo cualquier mamada inverosímil que pase por su cabeza.
Trump (cual Felipe Calderón, anunciando su “Guerra contra el narco”), se sobrestima en demasía y se cree un superhéroe de Marvel, anunciando a los medios que demandará a Maduro y ofreciendo una recompensa de 15 millones de dólares por su captura.
A ver, a ver, así no se hacen las cosas. La parte acusadora tiene qué ir con la policía y acusar al presunto delincuente y hacerse responsable de la denuncia. No se puede poner “el gobierno de los Estados Unidos acusa”, sino “el ciudadano Donald Trump acusa” (por sí hay una contrademanda).
Luego se desahogan las pruebas (más tratándose de un asunto diplomático), y no se pueden aportar pruebas chafas, como un papel que tiene escrito a lápiz: “Hola, soy Nicolás Maduro y soy narco-terrorista”.
Lo de la recompensa es otra payasada, puesto que Nicolás Maduro no está huyendo. Bastaría que sus guaruras lo treparan a un coche y lo entregaran, pero dudo que sea una tarea fácil; ganarían quince millones de dólares, pero todo mundo los vería mal (y sí son no son panistas o priístas, acostumbrados a perder la honra por dinero, quizás hasta les dé cruda moral).
Además, ¿Qué les garantiza a quienes intenten cobra la recompensa, que al salir de la comisaría, el gobierno de los Estados Unidos no los va a detener por haberse robado ese dinero, para financiar el narcoterrorismo?
Me temo otra vulgar invasión norteamericana más, para vender armas y saquear, donde Trump será, como tantos otros ex presidentes gringos, parte acusadora, juez y verdugo.
Si es que un virus imprevisto en el organismo de Trump (resultado de posibles pruebas de armas químicas), no echan a perder sus planes.