Entre los argentinos, y a raíz de unas desafortunadísmas declaraciones del arquero, apenas campeón del mundo, Neri Pumpido, respecto a que "la afición mexicana no se había portado bien con la Argentina", cunde hasta el día de hoy la leyenda negra de que el mediodía del domingo 29 de Junio de 1986, en el Estadio Azteca de la ciudad capital, los mexicanos no sólo alentaron en masa al cuadro teutón, sino que silbaron a la escuadra platense.

Falso, cuándo menos en buena medida, y pasemos a explicar los porqués: el favorito de México era su selección, que por fin salia de la mediocridad, de la mano del entrenador serbio Velibor Milutinovic, y en segundo lugar lo era Brasil, que jugó en Guadalajara, por la sencilla razón de un sentimiento de nostalgia por el otro mundial de México, en 1970, que muchos mexicanos recordaban vividamente, ya que entre las dos justas mundialistas celebradas en nuestro país, ambas gracias a las finas gestiones de Don Emilio Azcarraga Milmo y Don Guillermo Cañedo de la Barcena, sólo mediaron escasos 16 años, hecho inédito y que luce simplemente irrepetible.

Ahora viene el porqué parte de los asistentes a la final del 86 celebraron los dos goles alemanes, uno porque sencillamente había germanos en el estadio, y dos, porque los alemanes llegaron a México con una estrategia de relaciones públicas impecablemente brillante, con la finalidad de ganarse la simpatía de los mexicanos: grabaron un LP (disco) con el legendario cantante y actor Peter Alexander (1926 - 2011), de origen austriaco pero con brillante carrera en la entonces Alemania federal, donde cantaba con toda la selección alemana y sus estrellas, el tan famoso y entrañable éxito "México mi amor"; otro hecho que se granjeó la aceptación mexicana fué el hecho de que llegaron a Querétaro, Ciudad donde jugaron la primera fase y se concentraron, con un sentido de ética y responsabilidad social, filantropía y calidad humana, al visitar una casa hogar dirigida por religiosas, a la que, desde ese momento, comenzaron a apoyar, ayudas que, por cierto, no sólo continúan hasta el dia de hoy, 34 años después, sino que se han aumentado en cantidad y calidad por parte de la Federación alemana de fútbol gracias a su selección (La Mansschaft), extendidose también a otros rubros y estados de la República.

Lo anterior lo repitieron, por cierto, en el mundial de Brasil 2014, dónde decidieron construir sus propias instalaciones, donde salieron campeones, destinandolas a una escuela, centro deportivo y de convivencia social.

Otro detalle que jugó a su favor, fué el haber elegido cómo uniforme alternativo su jersey color verde, similar al de la selección mexicana, y que si bien se estrenó desde los años 50, lo usaban muy poco. El haber jugado la final con dicha casaca, habiendo eliminado a México en los cuartos de final (México SI ha jugado en famoso "5to partido"), daba la sensación a algunos de que si Alemania ganaba, México habría sido sólo eliminado, y en penales e invicto, por el Campeón mundial. Todo lo aqui relatado, aún no fué suficiente, con Argentina, México compartía y comparte región geográfica, idioma y rasgos culturales, por lo que, sumado a que en México en el fútbol no se nos va la vida cómo si en otros lares, y conociendo a personas que asistieron aquel domingo de verano al Azteca, inclinó la balanza en favor del combinado albiceleste, principal responsable de que, al dia de hoy, el México 86 sea considerado cómo el mejor de la historia.

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