En una declaración para la Associated Press (18.09.2020), el jefe del contraterrorismo del Departamento de Estado de Estados Unidos dejó en claro cómo Estados Unidos (y la entidad sionista) pretenden exportar su guerra contra el movimiento libanés de Hezbollah a Europa e involucrar a la Unión Europea.

Según Nathan Sales, jefe de la lucha contra el terrorismo en el Departamento de Estado de Estados Unidos, el grupo chií libanés Hezbollah pasó a contrabandear explosivos, incluido el nitrato de amonio, a Europa (incluida Italia), donde tiene una red de depósitos.

“Desde 2012, Hezbollah ha establecido depósitos de nitrato de amonio en Europa llevando botiquines de primeros auxilios que contienen la sustancia. Hoy puedo revelar que estos depósitos se han trasladado a través de Bélgica a Francia, Grecia, Italia, España y Suiza”, dijo el alto funcionario estadounidense. "También puedo revelar que se han descubierto y destruido importantes depósitos de nitrato de amonio en Francia, Grecia e Italia".

El intento de vincular esta revelación con la explosión del depósito de nitrato de amonio en el puerto de Beirut el pasado mes de julio parece bastante evidente, si bien torpe. En resumen, sigue siendo difícil aceptar como creíble la "evidencia" que Estados Unidos siempre dice tener disponible, especialmente cuando muchos recuerdan el falso tubo de ensayo de armas biológicas que levantó el secretario de Estado Colin Powell en la ONU para justificar la agresión militar contra Irak en 2003, o informes falsos de inspectores sobre armas de destrucción masiva que nunca se encontraron en Irak o en el propio sistema nuclear de Irán.

Como es bien sabido, hasta ahora la Unión Europea ha incluido el brazo militar de Hezbollah en la lista de organizaciones terroristas, pero no el partido político. Sólo Gran Bretaña y Alemania consideran a toda la organización como terrorista, y durante algún tiempo Estados Unidos y la entidad sionista han estado presionando para que otros estados europeos hicieran lo mismo.

La aceleración de Estados Unidos se explica por los resultados de la llamada “OTAN Árabe” entre la entidad sionista y algunas pequeñas petromonarquías árabes en el Golfo firmado recientemente en Washington. El rival común ha sido identificado en la República islámica de Irán y en las organizaciones conectadas a este país, en primer lugar el Hezbollah libanés que durante veinte años ha estado haciendo pasar un mal momento a los sionistas al impedirle dominar el Medio Oriente. Pero Hezbollah también es un partido de inspiración religiosa del Islam chiíta, que compite con el sunita que aún dirige Arabia Saudita. Por tanto, una espina en el costado también para las petromonarquías ricas y corruptas del Golfo.