Cuando los mexicanos se quejaban osadamente del mexiquense Enrique Peña Nieto “bebé”, jamás imaginaron lo que vendría después.

Cuando los o el candidato anda pidiendo el voto electoral y llega a ganar la elección, jamás piensa que los problemas no se resolverán en cinco minutos o tres días como sugiere su equipo de campaña; ser el bravucón de oposición es una posición más cómoda y fácil nada comparada con la del gobernante.

¿Corrupción? Según los que saben de letras, esto es similar a la descomposición o putrefacción; sin embargo, según el Google, corrupción es: Situación o circunstancia en que los funcionarios públicos u otras autoridades públicas están corrompidos.

Y sí, el tumor de México es la corrupción como bien dice Mario Delgado, y comienza desde el Gobierno Federal, y sus contratos sospechosos con los hijos de altos funcionarios, incluso, los que saben de factureras podrían decirle a Mario que no escupa al cielo, le puede caer; corrupción, también en los procesos electorales, no se diga en los inter partidistas, Don Porfirio Muñoz Ledo, bien le dará cátedra, aunque hace unas horas sentaron al longevo político.

Y así, la corrupción no está casada con el PRI, PAN o PRD, tampoco es invención del PRIANISMO, ni del más reciente PRIMOR, la corrupción lo dijo lord, es un asunto sociocultural que si no la aceptamos como tal, jamás, se va a erradicar de la sociedad mexicana.

Hay presidencias municipales que tienen la corrupción circulando en las calles de la ciudad, otras administraciones construyendo la obra y algunas más en adquisiciones; sí, también hay gobernantes que la corrupción está en la bolsa del pantalon.

Por ejemplo, Ciudad Madero, Tamaulipas, es gobernado por el alcalde morenista mejor calificado de todo el país, ocupa los más altos indicadores de entre todos los presidentes municipales, pero aunque no le guste a los morenistas en el Congreso de la Unión, Adrián Oseguera Kernion, es el mejor de Morena en México, con calificaciones apenas por debajo del presidente Andrés Manuel.

Pero Oseguera tiene un problema grave, y no lo compró él, tampoco lo engendró, es un tema de años; la corrupción en la Dirección de Tránsito y Vialidad, a cargo de Adan González Romero, un ex mando militar que todos los días genera quejas de sus subordinados, de esos que ahora fueron ventilados en una video grabación, pidiendo mordida a los conductores infractores del reglamento. Aquí, el corrupto no sólo es el agente de tránsito, también el ciudadano, pero lo que nadie sabe es si esos policías viales fueron exigidos a recaudar una cierta cantidad económica; no les preguntaron sólo los dieron de baja. Cinco, por corruptos y no han sido los primeros.

Entonces, ¿verdad que no es fácil ser gobierno, tomar decisiones e investigar al interior para ver y reconocer el verdadero mal? Ciudad Madero como Altamira y Tampico en el sur de Tamaulipas, padecen del mismo tumor, y entonces aquí la pregunta directa al señor gobernador Francisco Javier Garcia Cabeza de Vaca:

¿Cuándo le va a poner el cascabel al gato, cuándo va a crecer la Secretaría de Movilidad Tam? ¡Éntrele! también aquí hay mucho por hacer.

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@dect1608