El presidente López reconoce que su gobierno no pudo cumplir con cambiar México desde el primer día como así lo prometió, en el que los delincuentes se abrazarían con los soldados, el precio de la gasolina volvería a costar menos de 10 pesos y que se acabaría la corrupción, y cualquier otra de las ocurrencias que haya prometido, ni siquiera ha cumplido su programa nini, o ya se están clavando la lana o ya dejaron de entregarlo o ya tienen un desface en los tiempos de entrega.

El gran problema no es que el presidente López no quiera cumplir con sus objetivos y ahora esté pidiendo un año más para que se empiece a notar el cambio, no, el cambio ya se notó, estamos peor que con el presidente Peña, ya sabemos que no hay un solo indicador de la administración del presidente López que sea mejor a la administración de Peña y menos a la del presidente Calderón, el problema es que la mitad del tiempo se la dedica a proteger a su gabinete, pretendiendo justificar lo injustificable y la otra mitad se la dedica a atacar a los neoliberales, conservadores, fifís y miembros de la prensa, imagínense, México es uno de los países donde más periodistas agreden y el presidente López lleva la batuta de la agresión. Hay un viejo y conocido refrán de por ahí de las tierras antárticas que dice: “No hay neoliberales, ni conservadores, ni fifís, solo hay acomplejados” y es que una persona acomplejada siempre está atacando a los que cree que son sus rivales, no ha terminado de entender que ningún mexicano es su rival, todos son pueblo bueno y sabio que él gobierna, aunque no hayan votado por él y si hay alguien del pueblo que no esté de acuerdo con la forma en que gobierna, no es su rival, es un opositor.

En México entre mexicanos no puede existir la rivalidad, somos del mismo equipo, lo que hay son desacuerdos en la forma de pensar o desaciertos en la forma de gobierno, para eso son los indicadores, logras más es bueno, logras menos no es bueno, hay que corregir, pero el presidente López es como el mago que no le salió el truco, a fuerzas quiere hacer creer que sí le salió, ¿qué hacen los familiares del mago?, se paran a aplaudir, así los “amlovers”, se la pasan aplaudiendo sin reconocer si las cosas están mal, en el caso de Culiacán hay tantas versiones en el acto fallido de Culiacán, que más bien parece una caja china para que la gente dejara de hablar de Sarita la hija menor de José José, seguramente le quitaba rating.

Para corregir las cosas hay que comenzar por hacer un diagnóstico, pero si no se sabe reconocer el verdadero rumbo que está llevando el país, pues el diagnóstico es erróneo, es como el ya famoso postulante para energía, que lo suyo, lo suyo, lo suyo no es la energía pero que puede aprender, no se aprendió ni qué querían decir las siglas en donde pretendía trabajar, va en su quinto rechazo, pero insisten en mandarlo a él, solo lo exhiben y demeritan a los profesionales en la materia de energía, no, se aferran a mandar a una persona que él mismo reconoce no contar con las competencias; es como cuando un médico le pregunta a su paciente, ¿qué tiene? El paciente le dice, una bola que me sale de aquí de la cabeza, es del tamaño de una pelota de ping pon, el doctor le pregunta ¿qué comió ayer? El paciente le contesta, pollo cocido con ensaladas de verduras, el doctor empieza a escribir su receta y le dice tómese este laxante dos veces al día durante tres días.

Hasta el mes de Julio 14 funcionarios habían renunciado al gabinete del presidente López, bueno, pero a los demás los defiende muy bien, menos al coronel que balconeó, que fue el responsable del operativo fallido en Culiacán, Durazo dice que si su renuncia fuera la solución de la inseguridad en México, renunciaría, evidentemente que no, pero estando él todo va peor, renunciando abre la posibilidad de cambiar de estrategia o de que exista una estrategia porque es evidente de que no hay. Hasta ahorita no han renunciado a nadie con respecto a la acción fallida en Culiacán.

El presidente López debe de dejar de tratar a los miembros de su gabinete como si fueran sus nietos, o como si fueran sus abuelitos, los debe de tratar como trabajadores del estado, o cumplen o que renuncien.

Don Julio, hablemos de política

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