Los medios obsesionados con los números

Para sorpresa de nadie, el subsecretario Hugo López-Gatell ha sido – nuevamente- objetivo de críticas mordaces, tanto hacia su trabajo como a su persona. El lector recordará aquellas escenas del funcionario paseando por la Ciudad de México horas más tarde de informar que aún era infectante de covid-19. Pequeñeces.

Ayer por la tarde, en el marco de la conferencia vespertina, López-Gatell aseveró que los medios de comunicación estaban obsesionados con los “números redondos” ante la lamentable noticia de que México había superado los 200 mil muertos. Enseguida, el funcionario federal adujo que las razones de la obsesión de los diarios hacia los números derivaba de sus intereses de “aumentar la rentabilidad de sus acciones y de apropiarse del dolor de las familias en luto”. Estos han sido, desde luego, comentarios desafortunados.

Vamos a ver. Con el objetivo de poner la situación en contexto, hace unos días en Londres Boris Johnson, primer ministro británico, y el ministro de Salud y Asistencia Social, Matt Hancock, respondieron al cuestionamiento, hecho por un reportero, sobre qué había el gobierno hecho mal en relación con la gestión de la crisis. Johnson, por su parte, respondió que un enorme número de decisiones fueron erróneas pero que habían sido implementadas a la luz de la información disponible sobre el virus en aquel momento. “¿Se habrían hecho las cosas diferentemente? Sí, si hubiésemos contado con la información necesaria” expresó Hancock.

Las declaraciones del primer ministro británico ponen de relieve el enorme desconocimiento del virus y los errores de todos los gobiernos. Sin embargo, los británicos fueron capaces de convertirse del país con el mayor número de fallecidos en Europa al Estado con mayor número de vacunados en relación con su población en el viejo continente.

El fracaso de la gestión de la pandemia en México

Desafortunadamente no es ni remotamente el caso de México. Según las cifras, menos del 3% de la población ha sido vacunada, sea con Pfizer, AstraZeneca, CanSino o cualquier otra fórmula aprobada por las autoridades sanitarias mexicanas.

Por tanto, López-Gatell, si bien es comprensible su frustración ante el escalofriante panorama en México, ha cometido serios errores humanos que han dado paso a ataques desmedidos por parte de la prensa y de la oposición. En este sentido, el funcionario debió haber sido cesado desde finales del año pasado.

Los comentarios de ayer por la tarde han puesto nuevamente de manifiesto el fracaso de la gestión de la pandemia en México. Ciertamente, no todo es atribuible a López-Gatell, pero sí que el funcionario ha cargado sobre sus hombros con el peso de una nación que exige a viva voz volver a la normalidad