Que el lavar un plato<br>significa a veces afirmar<br>las contradicciones de clase<br> entre el hombre y la mujer.<br>

Kyra Galván

Las protestas colectivas no son para la casa, son para la calle, para las plazas, para los lugares de reunión. Ese es el problema de origen del 9M: protestar desde la fragmentación de las viviendas no es protestar, es guarecerse, resguardarse. Un salto cualitativo para los próximos días es que el 9 de marzo no se proteste hacia adentro sino que se proteste hacia fuera tomando los espacios públicos como se hizo en Islandia, como lo están haciendo en Argentina, en Chile y en México. Protestar desde el espacio privado es un retroceso en el feminismo mexicano.

Es comprensible, pero condenable, la postura de la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval:

Irma Eréndira

Se entiende la “evidente ironía” de lavar trastes, pero la ironía es inadmisible cuando hablamos de los feminicidios. No creo que este país y sus mujeres estén de acuerdo con estas “ironías” porque se convierten en frivolidad, por un lado; por el otro, ¿cómo propone @Irma_Sandoval ocupar los espacios públicos? ¿Activamente, con manifestaciones feministas pintando las sacrosantas paredes y puertas de Palacio Nacional? ¿O, pasivamente, portando hombres y mujeres pañuelitos blanco-fifí como difundió Beatriz Gutiérrez Müller?

La respuesta de los gobiernos hacia el paro del 9M ha sido una respuesta machista, como si concedieran un día de asueto al feminismo, como si lo autorizaran. Tiene razón el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando afirma que la verdadera ideología del conservadurismo es la hipocresía. Hipócritas son los derechistas que se suman a la lucha femenina cuando esencialmente la combaten. Hipócritas son los gobiernos y dependencias de la 4T cuando le “permiten” a las mujeres protestar sin sanciones laborales o económicas.

Irma Eréndira propone sacudir al país. No dice cómo. Lo único cierto es que desde su función pública ha exonerado a Bartlett y no ha sancionado las adjudicaciones directas. ¿Sacudir al país? En efecto: la verdadera ideología del conservadurismo es la hipocresía.