Verónica Malo, hoy en su columna de El Heraldo de México, le hace respetuosas sugerencias a Jesús Ramírez, coordinador general de comunicación social de la presidencia de la República, con relación a las conferencias de prensa diarias de AMLO.

Tal vez esas recomendaciones sean las más importantes, pero creo se pueden permitir detallar y añadir otras. Estas son las de Verónica “corregidas”:

1) “Acotar las intervenciones a un minuto por pregunta; tiempo más que suficiente”

Acotar las respuestas del presidente, máximo 3 minutos por pregunta.

2) “Solo dejar pasar a reporteros que sean tales y que acrediten medios reconocidos.”

A los NO reporteros pero que se acrediten como tales, darles tratamiento VIP: Vas Inmediatamente P’atrás.

3) “Privilegiar a reporteros de “a pie”, esto es, decir no a las estrellas.”

Diplomáticamente ¡mandar a las estrellas no al canal ídem!, sino al rancho de YSQ.

Otras sugerencias (tampoco pedidas)

• Ponerle un telepromter al presidente (o cartulinas) donde le den las cifras correctas. Estas últimas solicitarlas al “INOD” Instituto Nacional de Otros Datos

• Utilizar iluminación especial. Tipo teatro. Total, si López Obrador es el “rayito de la esperanza”, poca luz extra necesitará.

• ¡Cambio de vestuarios! No, no me refiero a los zapatos, pero los teloneros, perdón, los miembros de gabinete, podrían ir vestidos más tipo Palacio Nacional.

• Obviar preguntas de la religión y/o religiosidad del presidente. Se supone que nuestra república es laica. Benito Juárez se ha de revolcar en su tumba con las respuestas “místicas” de Andrés Manuel.

• Invitar a los secretarios que no han hablado o solo han estado de floreros. Hacer que participen. Y checar bien lo que van a decir, antes de que le lleven la contra al presidente.

• Obligar a los secretarios, directores y demás miembros del gobierno federal a dar cifras EXACTAS, DURAS Y VERDADERAS al presidente. Con eso se lograría que no quede como mentiroso.

• Apagar el micrófono a los chayoteros que solo lanzan falsas alabanzas al presidente.

Seguro, estimado lector, usted tiene más sugerencias serias para mejorar las mañaneras. Se agradece si las comparte y, siempre y cuando no sean despectivas, trataré de publicarlas.