El Reino Unido y México firmaron, el 15 de diciembre pasado, un acuerdo que reproduce, a partir del 1 de enero, las condiciones comerciales que manteníamos antes del Brexit. Pactaron mantener las preferencias arancelarias con las que ambos países se han beneficiado en el marco del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México (TLCUEM), en vigor desde el 1° de julio del año 2000.

Este “Acuerdo de Continuidad” permite mantener certeza y reglas claras en el intercambio comercial. El Reino Unido es un jugador importante en el comercio internacional. En 2019, se ubicó como el quinto importador mundial, con 689,603 millones de dólares, y como el décimo exportador, con 469,168 millones de dólares, de acuerdo con la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Este acuerdo respalda una relación comercial entre México y el Reino Unido de más de 5,000 millones de libras (6,600 millones de dólares) y asegura el acceso recíproco a los mercados. El acuerdo beneficiará a sectores de relevancia para México, como el automotriz. A esto se agrega el Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones, mismo que permanecerá sin cambios con el fin de seguir impulsando los flujos de capital bilaterales.

En 2021 se espera que la Secretaría de Economía trabaje en un nuevo y ambicioso acuerdo comercial que permitirá a nuestros dos países ir mucho más allá en áreas como los datos, el comercio digital, la inversión, la propiedad intelectual y los servicios. Así que Tatiana Clouthier tiene tarea. Deberá estudiar y entender rápidamente lo que se negoció entre el Reino Unido y la Unión Europea, y apenas se anunció ayer.

El acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea

Fue una Navidad feliz para el Reino Unido (desde luego, solo en términos económicos, esto es, al margen de la tragedia global del coronavirus, que tanto ha afectado a esa sociedad). La libra esterlina despegó con el optimismo generado por el anuncio del acuerdo comercial entre el Reino Unido y la Unión Europea. Había un riesgo inherente sobre la moneda británica porque la incapacidad de llegar a un acuerdo hubiera sido catastrófica para la economía de ese país. Se logró evitar el peor de los escenarios. Ahora todos tendrán que entender los detalles del acuerdo. Sin duda el acuerdo es benéfico para los inversionistas.

Brexit ha sido un trauma para la Unión Europea. Nadie cree que haya sido bueno. Pero con el acuerdo anunciado la víspera de Navidad, se logró mitigar algo del daño. Valió la pena la unidad y la firmeza europea para lograr un buen acuerdo comercial con el Reino Unido, después de cuatro años de intensas negociaciones. El Reino Unido seguirá siendo un socio y aliado de la Unión Europea. Desde el punto de vista de ambas partes, los conceptos de soberanía, fortaleza y unidad son la clave para mirar al futuro. La preocupación se centró en la protección de los ciudadanos europeos, los pescadores y los productores. Se garantizaron los intereses y derechos de los negocios y ciudadanos europeos. Ahora lo que seguiría, probablemente, es un acuerdo de defensa y seguridad, y otro de intercambio educativo y cultural.

El acuerdo contará con todo el apoyo politico interno en el Reino Unido por razones de interés nacional. El líder del Partido Laborista, sir Keir Starmer, dijo que el acuerdo no era lo que les prometió el gobierno. “No protege adecuadamente la industria manufacturera ni los servicios financieros, ni las industrias creativas ni los derechos de los trabajadores. Además lo dejaron para el último minuto. Eso tendrá un costo para los negocios para prepararse”.

Pero los laboristas lo apoyarán en el Parlamento porque son una oposición seria y responsable y porque está en el interés nacional. No podrían abstenerse. La verdad es que sir Keir se está preparando para un eventual gobierno laborista en 2024. Va a heredar este acuerdo, así que lo tienen que hacer funcionar. Aunque fue muy claro sobre la responsabilidad del acuerdo: “las consecuencias recaen exclusivamente en la puerta del número 10 de Downing Street”, la sede del gobierno.

El acuerdo es histórico; ahí se define un nuevo capítulo en la relación. Los gobiernos tienen que examinar ahora el texto negociado por la Unión Europea. Tienen que ratificarlo rápidamente para que entre en vigor el 1 de enero de 2021. Como en todas partes, ante la pandemia, el acuerdo es una fuente de certidumbre para los negocios porque permite planear en un entorno de mayor estabilidad y seguridad. Sin duda, el acuerdo permitirá una mayor cooperación.

El equipo negociador de Ursula von der Leyen y Michel Barnier, de la Unión Europea, hicieron un buen trabajo. Ahora se requiere una rápida aprobación del Consejo de Europa y la ratificación del Parlamento Europeo. No debemos olvidar que la Unión Europea está formada por 27 estados miembros y cualquiera de ellos podría vetar el acuerdo de 2 mil páginas, así que lo tendrán que entender rápidamente, en unos cuantos días, antes de que termine el año.

Este acuerdo genera certeza para los negocios porque logra eliminar aranceles y cuotas para el comercio entre la Unión Europea y el Reino Unido y cubre un comercio total de 660 mil millones de libras. Sólo como ejemplo de la relevancia, baste recordar que cuatro quintas partes de los alimentos importados en el Reino Unido provienen de la Unión Europea.

Los derechos pesqueros de la Unión Europea en aguas británicas, con valor de 650 millones de libras al año era el último de los obstáculos para el acuerdo. Pero lograron solucionarlo. Además, se revisará el cumplimiento del acuerdo en cuatro años.

Boris Johnson, el primer Mmnistro del Reino Unidos reiteró: “Hemos recuperado el control de nuestras leyes y nuestro destino. Desde el 1 de enero estaremos fuera de la unión aduanera y fuera del mercado único. Las leyes británicas serán elaboradas únicamente por el parlamento británico, interpretadas por los jueces británicos en las cortes británicas y eso pondrá fin a la jurisdicción de la corte de justicia de la Unión Europea”.

Pero también les dijo a los líderes europeos que “el Reino Unido seguirá siendo su amigo, su aliado, su seguidor y su mercado número uno. El país permanecerá apegado a Europa cultural, emocional, histórica, estratégica y geológicamente. Es fantástico que hayamos ganado libertad, ahora lo importante es cómo usarla, cómo aprovecharla”.

Los negociadores europeos dijeron que el acuerdo es justo y equilibrado. La cooperación entre la Unión Europea y el Reino Unido seguirá en áreas de interés mutuo como el cambio climático, energía, seguridad y transporte.