Tiene toda la razón nuestro presidente AMLO cuando cuestiona públicamente lo que siempre ha estado en boca de los mexicanos, ¿quiénes son los contactos de los capos mexicanos en Estados Unidos? ¿Quiénes darían protección dentro del gobierno de Estados Unidos a García Luna cuando acabó su “labor” en el mandato de Felipe Calderón? Pues luego luego se fue para allá aparentemente bien cobijado, ¿quién o quiénes lo invitaron? ¿quiénes lo protegieron?

Hoy se entendió, lo que me parece de gran importancia, que por primera vez un presidente mexicano ha pedido al gobierno de Estados Unidos que también se persiga detenga y juzgue a los capos estadounidenses. Que sea pareja la transparencia y la justicia porque pareciera no lo es. Caiga quien caiga. Que se nos informe lo delatado por los capos mexicanos detenidos allá sobre sus contactos gringos ¿o también son puros mexicanos quienes permiten movilizar el producto al cruzar frontera? Que se averigüe con quién pactó o benefició el policía Genaro García Luna, mexicanos o no, cómo fue que se le otorgó la residencia y a punto de lograr la ciudadanía cuando fue sorpresivamente detenido en Dallas.

Deben las autoridades correspondientes en Estados Unidos informar a opinión pública sobre este tema. Porque el comercio ilegal—o legal—siempre es y será bi-la-te-ral. Como lo dijo AMLO en el informativo mañanero, este contubernio se vio claramente en el famoso operativo “Rápido y Furioso”, el tráfico inconcebible de armamento que cruzó la frontera y llegó a manos del cártel/gobierno de Calderón para apalancar su sangrienta guerra monopólica que convirtió a México en cementerio. Por lo que ha sido premisa requerida por el gobierno mexicano de la 4T al gobierno de Trump, crear acción efectiva para cooperar con la paz de México, lo que exige detener con contundencia el tráfico de armas que nos llega desde su territorio.

Se acabó con la protección del pillo poderoso en México. Las investigaciones exhaustivas de la Fiscalía comandadas por Santiago Nieto continuarán. El caso de los dineros lavados en asociaciones civiles en tiempos de Fox, Calderón y Peña. El caso de los dineros lavados en campañas políticas del cártel/gobierno neoliberal. El caso del destituido magistrado Medina Mora y su enriquecimiento ilícito. La lista no parará. Qué vergüenza, qué tristeza haber sido víctimas tantos años de gobiernos inmorales del PRI y PAN. Ahora que se conoce esta realidad, se entiende por qué tanto odio, por qué tanto rechazo, fraudes electorales, temían profundamente llegara a gobernar la honestidad valiente de un ciudadano recto como AMLO.