Con mucho gusto veo que el presidente López Obrador presentó dos modelos de ventiladores pulmonares que fueron desarrollados por el Conacyt en colaboración con universidades y empresas privadas. El primero es el Ehécatl 4T o dios del viento en náhuatl y el Gätsi (suspiro en Otomí). La ventaja de estos ventiladores es su costo, mucho menor que lo que se puede conseguir en el mercado, y la ventaja que lo que se fabrique es para México, sin tener que esperar a que algún país o proveedor internacional nos deje alguno a precios de espanto.

La inversión del gobierno anduvo por ahí de los 260 millones de pesos con lo que apenas se hubieran podido comprar más o menos mil ventiladores, ahora se pueden fabricar más, igual de funcionales y a mucho mejor precio.

Esto es una fiel prueba que cuando se le invierte a la tecnología en nuestro país se pueden lograr cosas fantásticas. Esperemos que esto no sea el único esfuerzo en conjunto del gobierno y la IP para hacer que México fabrique su propia tecnología.

Avanzamos en lo tecnológico , pero falta muchísimo para avanzar en lo científico y debería de estar haciéndose algo.

Aunque los dirigentes del mundo, en plan solidario, han dicho que cuando salga una vacuna para controlar la pandemia del coronavirus será para todos y que será repartida equitativamente para todos, cosa que suena muy fantasiosa para ser cierta. Todos sabemos que los países ricos “agandallarán” las vacunas y que los países pobres podrían tener solo las sobras.

Países como Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos ya han preordenado millones de dosis de vacunas que todavía están en estudio sin que hayan probado ser eficaces.

Las compañías estadounidenses Moderna , Novavax y Pfizer están trabajando en posibles vacunas para combatir al virus y buscan atraer a inversionistas para poder trabajar más rápido en sus avances.

Moderna va en la fase III de los ensayos de su vacuna para hacer ensayos con 30,000 pacientes. Novavax ya recibió 1,600 millones de dólares para el desarrollo de su vacuna contra el COVID-19. Pfizer ya tiene la catalogación “Fast Track” para la posible vacuna que hará que su comercialización se dé de manera acelerada y se espera que esta se esté lanzando para principios del 2021. Las ganancias de las farmacéuticas en la Bolsa de Nueva York van desde un 4% de Pfizer hasta un 14.65% de Moderna.

En los casos de las farmacéuticas “con dinero baila el perro” y en estos tiempos de solidaridad, seguramente se irán con el mejor postor y también seguramente no estamos en la primer lista de entrega de vacunas de estas compañías aunque tengamos en nada honroso cuarto lugar mundial en muertes por Coronavirus.

Ya se convocó a Ehécatl y Gätsi por lo de los ventiladores, creo que es tiempo de convocar a Ixtlilton para que se desarrollen las capacidades para poder desarrollar medicamentos en nuestro país.

El retorno de la inversión no es el más rápido pero sí es uno de los más productivos y benéficos para nuestro país.

No es fácil desarrollar una industria farmacéutica pero debería ser prioridad en algún momento de este sexenio. Creo que es importante desarrollar nuestra propia tecnología, buscar nuestros alimentos y fuentes de energía. También debería ser importante desarrollar la parte de investigación médica y farmacéutica. Trabajar en estos sectores ayudaría enormemente a la población y quizá también ayudaría a disminuir la escasez de medicamentos para ciertas enfermedades.

Esperemos que estos tiempos de crisis abran los caminos para que nuestro país invierta más en la investigación y desarrollo de soluciones médicas y farmacológicas, si pudimos en lo tecnológico deberíamos de poder en lo científico también.