Atinadamente un comentarista comenta que ?mientras el mundo aplaude que Francia responda con una declaratoria de guerra al Estado Islámico, en México los enemigos del Estado ridiculizan a los gobiernos que declaran la guerra al crimen organizado. [?] Durante el gobierno de Calderón esos mexicanos achacaron a su gestión las muertes producto del enfrentamiento entre bandas y a causa de la represión del Estado a criminales. Al gobierno de Peña le achacan la tragedia de Iguala le exigen que declare culpable al Estado por la muerte de los 43 de Iguala. [?] ¿Quiénes son esos mexicanos??.Esos mexicanos por los que pregunta el comentarista, todos lo sabemos, son los pejefans de toda ralea, profundos resentidos sociales, quienes creen que si el Estado se derrumba el Amlito de sus amores podría - quién sabe cómo - llegar a la presidencia para bendecirnos con un estado como el de Chávez o el de LEA o JLP, dedicado a hacer "justicia social" mediante el "reparto de la riqueza".

Son los chairos de toda laya, también resentidos sociales, quienes creen que si hay pobres es porque alguien los roba sistemáticamente cuando lo cierto es que son tan poco productivos y tienen tales hábitos de vida - como tener más de dos hijos por lo general - que nunca podrán salir de pobres a pesar de toda la "ayuda" del Estado, de miles de programas sociales que solo refuerzan sus hábitos de vida improductivos y los hacen más indolentes.

En fin, chairos y pejefans, que muchas veces son exactamente lo mismo, sueñan que la caída del gobierno y la destrucción del Estado nos llevarían al paraíso pejista a pesar de que tienen la evidencia de, digamos, la desgracia venezolana, a pesar de la evidencia histórica del populismo mexicano con LEA y con JLP.

Lo que es igual del caso del terrorismo islámico y de los narcos mexicanos, es que tanto chairos como pejefans simpatizan a rabiar con ambos. Chairos y pejefans en su difusa y confusa ideología pretendidamente justiciera apoyan a todo el que lucha contra el Estado o contra el "imperialismo".

Chairos y pejefans forman un muégano de "causas justas", de "resistencia", en el que todo enfrentamiento contra legalidad les produce una especie de orgasmo ideológico.

Lo mismo da que se trate de policías o soldados asesinados por el narco, que el atentado contra las Torres Gemelas, que los atentados en Madrid y Londres de hace algunos años o bien la serie de atentados ocurridos en Francia en el último año. Por supuesto, además simpatizan profundamente con los asesinos palestinos, desde aquellos parapetados en hospitales o escuelas, que entre los niños o desde las azoteas de los hospitales lanzan cohetes contra Israel, hasta aquellos que armados de un cuchillo degüellan o apuñalan a algún incauto que pueden sorprender, así se trate de niños o ancianos.

Es amplísima la variedad de crimen y de violencia que los pejefans y los chairos - estos últimos nacionales e internacionales - conglomeran en el centro de sus simpatías y solidaridades. Son legión, por ejemplo, los chairos nacionales e internacionales que se regocijan con el atentado que hace "justicia" golpeando al "imperialismo francés", como los mismos se alegraron por el atentado contra las Torres Gemelas y en asambleas universitarias lanzaban sus gritos de que "por fin" le habían dado un golpe al "imperialismo norteamericano".

El caso de la chairiza y pejeorquiza mexi-naca considerando al narco como su aliado y siempre defendiéndolo, siempre regocijándose con los militares y policías muertos, es totalmente análogo al de la chairiza nacional e internacional regocijándose con los "golpes al imperialismo".

Los nacionales, chairos y pejefans, viven con la teoría de la conspiración permanente del Estado injusto que solamente sirve para "explotar" y "robar" al "pueblo bueno", los chairos nacionales e internacionales viven con la teoría de la conspiración permanente del "imperialismo" que solamente sirve para "explotar" y "robar" a los "pueblos del mundo".

En su delirio, según el cual vivimos en condiciones "terribles", según el cual el capitalismo es culpable de las peores desgracias de la historia, los chairos y los pejefans hacen caso omiso de que justamente bajo el capitalismo - versión pejmex: la "mafia en el poder", versión chaira internacional: el "imperialismo" - en los últimos 200 años la especie ha alcanzado el mayor éxito biológico de la historia, como lo muestra el descomunal incremento demográfico en esos dos siglos; hacen caso omiso de que nunca en la historia ha vivido tanta gente y tan bien: con tanta educación, con tanta información, con tanta libertad, con tanta instrucción, con tan salud, con tan buenas condiciones sanitarias y con una esperanza de vida tan larga.

Bastaría con que chairos y pejefans razonaran fríamente sobre cómo era la vida, por ejemplo, de un campesino medieval, sumido en el analfabetismo, sin condiciones higiénicas, asolado por enfermedades múltiples, sin conocer el mundo más allá de su caserío, sin luz, sin agua corriente, sin drenajes, lleno de pulgas y granos, pestilente, azotado por las plagas y las enfermedades, con una esperanza de vida de apenas unos 25 o 28 años, sin libertad para moverse más allá de las tierras de su villorrio ni para deambular siquiera por los bosques ... y especialmente presa de supersticiones y fanatismos totalmente análogos a los de los héroes musulmanes de los chairos, para darse cuenta que el capitalismo es lo mejor que nos ha pasado en la historia del género humano.

Es un curioso síndrome basado en la combinación de una profunda ignorancia y de una escalofriante incapacidad para reflexionar en las cosas más elementales relativas a los sistemas sociales, lo que lleva a chairos y pejefans a sus delirantes ideas sobre lo "terrible" que es el capitalismo. Bueno, son tan lerdos que no se dan cuenta que donde a la gente le va mal, en particular donde mayor influencia tienen los fanatismos como el islámico y otros, es ahí donde el capitalismo apenas está desarrollado, donde el individuo moderno y sus libertades o son desconocidos o bien están en pañales.

Los pobres chairos y pejefans nacionales defienden el atraso y la estupidez de amplios sectores sociales y zonas del país, como Oaxaca y Guerrero, digamos; los chairos internacionales defienden el atraso y la estupidez de todo aquel que consideren lucha contra el "imperialismo".

Son una desgracia, chairos y pejefans en México, chairos nacionales e internacionales, viven en un mundo fantástico e invertido en donde en su calenturiento fanatismo, lo mejor que nos ha pasado nunca, el capitalismo, es visto con un profundo temor y rencor, prácticamente como lo peor que habría existido en la historia.

Es ese mundo invertido en sus cabezas, lo que lleva a chairos y pejefans - dejando de lado sus intereses de encaramarse en el poder - a defender tanto a narcos como a terroristas, a verlos como sus aliados y, además, a vivir en un resentimiento permanente.

Chairos y pejefans son apoyo social tanto para el crimen organizado como para el terrorismo internacional. Son una desgracia.