En el ambiente político y mediático, en la actitud de AMLO y Josefina Vázquez, en la percepción ciudadana inmediata a nuestra individualidad y en las encuestas sobre intenciones de voto (de todo tipo de metodología), se generaliza la idea de que el PRI ganará el 2012, que obtendría la mayoría absoluta y que Enrique Peña Nieto será presidente de la República. A reserva de que ocurriera algo extraordinario y que tanto AMLO como Josefina pudieran dar una sorpresa, cabe preguntar ¿Por qué la gente vota de nuevo por el PRI y por qué quieren que EPN sea presidente?

 

En 1994, Ernesto Zedillo obtuvo 17 millones 181 mil 651  (48.69%). En el 2000, con alrededor de 4 millones de votos menos,  Francisco Labastida Ochoa perdió la elección, al obtener 13 millones 579 mil 718 votos (36.11%). Para el 2006, Roberto Madrazo Pintado obtuvo 9 millones 301 mil 441  (22.26%).  Es decir, el PRI perdió alrededor de 9 millones de votos en 12 años, en dos procesos federales.

 

En la última elección federal de 2009, el PRI tuvo 12 millones 702 mil 481 votos. O sea, si consideramos que pudiera obtener un resultado similar a hace tres años, el PRI estaría incluso con menos votos que en el 2000, cuando perdieron la Presidencia de la República. ¿Qué ocurre entonces? Que los dos partidos más fuertes opositores al PRI no han logrado avanzar y han retrocedido.

 

He aquí las razones, desde mi particular punto de vista:

 

 

La derecha comenzó a ganar en el norte durante la era de la “democracia selectiva” del Salinato o la “concertacesión” a nuestros días: Baja California, Chihuahua, Nuevo León, Aguascalientes, San Luis Potosí, Querétaro, Yucatán, Jalisco, Guanajuato y Morelos. La mayoría los han perdido por malos gobiernos, corrupción, nepotismo y por escándalos de sus gobernantes.

 

 Ahora, sólo tienen bajo su poder BC, BCS, Sonora y Guanajuato y están a punto de perder también a Jalisco y Morelos.

 

Los estados donde han hecho alianza y tienen el predominio del gabinete son Oaxaca, Puebla y Sinaloa.

 

La izquierda electoral ganó por primera vez en 1997, cuando obtuvo el GDF, Zacatecas, BCS y Tlaxcala. Luego se le sumaron Guerrero, Michoacán y Chiapas.  Perdieron en medio de escándalos de corrupción y nepotismo la mayoría de las entidades.

 

Actualmente sólo tienen en su poder el DF. Digamos que Guerrero y Chiapas están muy alejados de lo que representó la oferta de izquierda y están más cerca de un gobierno rebuscado del PRI con perredistas y otros partidos.

 

De acuerdo con datos de la Federación Nacional de Municipios de México con datos de 2008 (aunque hay variantes, son menores), el PRI gobierna en 1,510 municipios del país, los cuales representan el 62% del total nacional. El PAN, 473 municipios y el 19% el PRD que gobierna en 322 municipios, que significan el 13%; finalmente, los partidos políticos minoritarios gobiernan en conjunto en 135 municipios que representan el 6% del espectro nacional.

 

El predominio del PRI en los municipios se ha incrementado de manera acelerada. En el Estado de México, para ser más explícitos, el PRI arrebató al PAN la “franja azul”, que eran municipios de la zona norte del Valle de México y al PRD todos los de la zona oriente del Edomex. La razón, el hartazgo de la ciudadanía, a la corrupción de sus autoridades locales y a la insatisfacción por arbitrariedades y conflictos en sus administraciones, entre otras.

 

Resumiendo: la población ha probado lo mismo gobiernos del PRI, del PAN que de las izquierdas y le tienen sin cuidado qué ideología representen si les brindan resultados inmediatos a sus demandas. Por eso, hay un cambio en su sentido del voto.

 

 

Voy a reproducir lo mismo que publiqué en octubre del año pasado sobre la campaña contra el PRI, lanzada con fuerza por el PAN y Josefina Vázquez Mota y replicada -¿inexplicablemente?- por las izquierdas y Andrés Manuel López Obrador: que no se puede permitir el regreso del PRI porque representa el pasado, lo peor, lo indeseable. Y que si el “pueblo” decide votar por Peña sería algo así como “masoquismo colectivo”.

 

Por eso, repito lo siguiente:

 

En el 2006 Andrés Manuel López Obrador era un “peligro para México”. En el 2012, se perfila que el PRI de Peña Nieto es “de los narcos”.

 

Pero van los datos duros sobre los ciudadanos que votarán este julio de 2012: quienes cumplieron 18 años en el 2000, en el 2012 tendrán 30 años de edad. Según datos del IFE, los votantes de 30 a 34 años de edad son 10 millones 115 mil, 439 ciudadanos.  Estas personas, han vivido 12 años bajo gobiernos del PAN; han padecido falta de empleo, excusión escolar, cierre de oportunidades y han visto 6 años de terror intenso por la narcoviolencia desatada desde el gobierno de Calderón. A ellos poco o nada les dice esa campaña de que está de regreso “el PRI de siempre” o que es el “PRI de los narcos”, porque hasta ahora sólo conocen al PAN como gobierno federal.

 

Otros segmentos que sólo conocen al PAN como gobierno federal son los ciudadanos de 25 a 29 años de edad, que son 10 millones 317 mil 590 empadronados; de 20 a 24 años de edad, son 10 millones 397 mil 336; con la edad de 19 años son 2 millones y de 18 años un millón 460 mil 946 ciudadanos.  En total constituyen el 43.06 por ciento del total del Padrón Electoral.

 

En pocas palabras, para el ciudadano común pueden decirle misa sobre el PRI o Peña Nieto, pero o ya probaron que los del PRD y PAN son iguales o peores, o como expongo arriba, decirles “viejo PRI” no les dije absolutamente nada.  ¿Será por esto que la guerras sucias contra Peña no tienen ningún efecto concreto en la intención del voto?

 

Gran conclusión: No es que el PRI haya recuperado terreno, es que ni derechas ni izquierdas han sabido cumplir las expectativas y al mandato ciudadano.

 

APOSTILLAS: Las encuestadoras sienten que tienen todo el control sobre los resultados de las elecciones. Pero, en dos procesos de selección de candidato para gobernador se han equivocado gravemente: En Guanajuato y en Tabasco, las encuestadoras se equivocaron. Mañana damos detalles.

 

alexiabarriossendero@gmail.com