Ya ni la chinga Paco Ignacio Taibo II, una cosa es expresar como escritor las ideas personales de manera libre e independiente, cuando no se tiene ningún cargo político. Él sí lo tiene en Morena como secretario de Arte y Cultura; además de ser aspirante a secretario de Cultura en el gobierno de Claudia Sheinbaum. Cuando no se tiene cercanía con algún candidato importante a cargos de elección, como en el caso de López Obrador, líder de las encuestas rumbo a la presidencia en 2018. Él la tiene probablemente desde antes de 2006; o al menos desde entonces. Cuando no se vive en México y no hay una guerra sucia de casi 15 años en contra de ese candidato; como es el caso. Una cosa es ser libre, otra ser torpe.

Bajo tales condiciones, arrebatarse en raptos embriagadores de cigarro y coca-cola frente a un público y decir cosas como esa de que las empresas que presionen a López Obrador, en el hipotético caso de ganar la presidencia, debieran de ser expropiadas, como en los tiempos de Lázaro Cárdenas, trátese de Slim o Servitje, es una gran irresponsabilidad -sea cuando sea que se hayan producido sus palabras en el lapso comprendido de su cercanía con el líder opositor; que las ha dicho más de una vez-, una torpeza, “una gijonada”, me dice un lector.

No es la primera vez que Taibo da pie a que los adversarios fanáticos anti-AMLO –políticos, columnistas y simples fanáticos- usen las armas que el escritor les proporciona. Recientemente propició un choque con Alfonso Romo sobre la llamada reforma energética, de la cual la postura pública de Morena es clara: revisar contratos y despojarla de corrupción, no echarla abajo, como arengó el escritor. López Obrador pudo conciliar rápidamente diciendo que Morena es un movimiento amplio e incluyente en el que convergen muchas visiones y consideraciones y que se puede conciliar; y no le faltó verdad. No obstante, estamos hablando de un personaje cercanísimo al político torpedeando los esfuerzos de este, pues ha llegado a decir la fabada de que “no va a callar ni madres” aunque eso signifique perder la elección.  

Hizo bien el candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia” en deslindarse de inmediato de las declaraciones del escritor utilizadas por sus contrincantes como parte de la guerra sucia que se intensificó después del primer debate. Hizo bien al decir que respeta a Taibo pero que no llevará a cabo una política de expropiaciones. Poco antes, lo había hecho Marcelo Ebrard vía twitter: “Respecto a lo dicho por Paco Ignacio Taibo II afirmo que AMLO cree firmemente en la libertad de expresión. Lo ha dicho en varios foros: la propiedad será respetada  y el sector privado tendrá respaldo del nuevo gobierno. Nadie será expropiado Paco y menos por sus ideas.”.

Se ha dicho que se descontextualizaron las palabras del novelista e historiador, que narraba cómo había procedido el general Cárdenas al decretar la expropiación petrolera en 1938. Cierto. Pero en el mismo video de conferencia frente al público que va a aplaudirlo y a comprar sus obras, imagina un complejo panorama frente a una eventual victoria de AMLO, elucubra que tendría en contra a los empresarios y a la mayoría de los gobernadores, que no tendría mayoría en el congreso (hablaba de un 37% cuando mucho, hace 7 meses; las encuestas marcan ahora una posible mayoría de Morena). Procedió entonces a tratar de establecer un paralelismo de a gratis, pues las elecciones son hasta el primero de julio de 2018.

Taibo imagina asimismo a López Obrador en Los Pinos (aunque desde 2006 dijo que se mudaría a vivir a Palacio Nacional; que no viviría en un lugar con tan “malas vibras” y que “está embrujado”) siendo confrontado por los empresarios, por Slim, Servitje, los potentados de las finanzas, amenazándolo de llevarse las empresas a otros países en caso de no cuadrarse con ellos. En el furor azucarado de la coca-cola, dijo que en ese momento tendrían que estar 2 o 3 millones de mexicanos en las calles demandando a López Obrador la expropiación. En otro video dice que serían 15 millones en las calles demandando al presidente a proceder como hizo Cárdenas; una verdadera orgía imaginaria del escritor. Contextualizando en el presente contexto (valga la “rebuznancia”): la imaginación de Taibo es una idiotez política.

Para empezar, Taibo comete dos imprecisiones. Una histórica y otra política. La primera, al no clarificar que Cárdenas procedió a la expropiación no como una política del régimen sino como una solución forzada al conflicto entre las empresas petroleras y los trabajadores. La segunda, porque siendo tan cercano a López Obrador y al ser funcionario de Morena bien sabe o al menos ha escuchado dos cosas, que el político jamás vivirá en Los Pinos y que nunca ha hablado de expropiaciones; como bien acotó Ebrard.

Se ha dicho que debe de respetarse la libertad de expresión del escritor. Y yo digo que sí, de cualquier persona cuando esta no tiene responsabilidades políticas y burocráticas en el contexto de la guerra de estiércol del político más atacado de la historia del país (después de Madero, según Carlos Monsiváis), y más grave aún, en el contexto de una elección (es decir, de las tres elecciones presidenciales en que participa el fundador de Morena).

Si es independiente, si renuncia el autor a su posición política, está en libertad de vociferar lo que le venga en gana, entregarse en rapto a sus seguidores, vaciar la embriaguez de sus ideas políticas como esas de mandar a la chingada o al paredón a cualquiera que se oponga a ellas.

He leído 4-5 libros de Taibo II. Buen escritor, buen historiador, sorprendente y admirable productividad, prosa llana. Acaso Pancho Villa: una biografía narrativa sea el libro suyo que más me ha entusiasmado. Hice una reseña de ese otro buen libro que es El Álamo: una historia no apta para Hollywood. Pero es necesario decir que Taibo no puede permitirse más arranques sin control en relación a su responsabilidad.

Una vez reventado el escándalo y vuelto trending topic el pasado fin de semana, Taibo no hizo nada más que escribir en twitter que se iba a Italia a presentar su nuevo libro, El olor de las magnolias (nota de El Universal reveló que se encontraba aún en su casa, que partiría hasta dos días después). Ninguna referencia al nuevo elemento de la guerra sucia contra López Obrador hasta ese momento. ¿Y el valor qué, pues?; teoría, retórica y demagogia de los güevos para su público cautivo, eso es todo

Para no dar más pasto a la guerra sucia contra López Obrador y no aparecer como el enemigo en casa, algunos sugieren que acaso Taibo II deba quedarse en el país de Virgilio y Dante. O mejor, viajar por tren a Gijón, su lugar de nacimiento, y esperar allí en silencio, disfrutando las bellezas del mar cantábrico y absorbiendo el delicado olor de las magnolias, a que pasen las elecciones; el voto se puede ejercer desde algún rincón español. Me parece exagerado. Después de este escándalo la mesura tiene que llegar al fin al hijo de Taibo I, El Gato Culto, pues no hay que olvidar que aspira a la Secretaría de Cultura del próximo gobierno de la Ciudad de México.

P.d. Aquí mi nota, “El Álamo en versión de Taibo II”: https://www.sdpnoticias.com/columnas/2012/04/13/el-alamo-en-version-de-taibo-ii