¿En serio este jueves 4 de febrero reaparece Andrés Manuel en su escenario favorito? Confieso que no lo sé. Inventé que el presidente López Obrador vuelve hoy a la mañanera porque es mi deseo. México necesita que él deje el descanso obligado por el covid-19 y retome sus actividades, de a poco, de a poco.

Una reflexión que no viene al caso, pero que se me ha ocurrido: ¿verdad que es más agradable decir “de a poco” que “poco a poco”? Creo que sí, aunque admito que la canción de José Alfredo perdería belleza si dijera “de a poco me voy acercando a ti”, “de a poco la distancia se va a haciendo menos”.

En fin, de a poco —o poco a poco— Andrés Manuel debe volver a las apariciones públicas, sobre todo las conferencias de prensa de todos los días a las 7:00 AM. Así sea solo unos minutos, sentado quizá, para responder alguna pregunta, de preferencia de los reporteros o reporteras de Reforma o La Jornada, “los periódicos importantes” (Olga Sánchez Cordero dixit). ¿Que la secretaria de Gobernación incluyó a El Universal y no a La Jornada en esa categoría? Es verdad, pero yo tengo mi propia tabla de posiciones y la medalla de oro la comparten el rotativo de derecha dirigido por Alejandro Junco de la Vega y el diario de izquierda que tan extraordinariamente bien lleva Carmen Lira.

Por supuesto, no me gustaría que AMLO en su reaparición diera la palabra a los periodistas que no son periodistas y que han acaparado los escándalos en las mañaneras, como el reciente del youtubero Demián Duarte, quien difamó a la senadora Lilly Téllez en la mañanera; se vengó el señor Duarte porque Lilly no le quiso dar dinero en la pasada campaña electoral de Sonora, que ella ganó tan limpia como contundentemente gracias a que hizo equipo con dos políticos de excepción, Alfonso Durazo —actual candidato gobernador en ese estado, líder por cierto en todas las encuestas— y el propio presidente López Obrador.

En fin, mi fake news del día —que espero se convierta en realidad muy pronto— es que hoy vuelve AMLO a la mañanera.

Se me antojó inventar algo inspirado en los cuentos de Raymundo Riva Palacio, quien en su columna de ayer (“El presidente sí estuvo en peligro”) se sacó de la manga la jalada de que Andrés Manuel estuvo muy gravemente enfermo, lo que hoy repite (“Nos mintieron y ocultaron verdades”), pero curiosamente refutándose a sí mismo.

Y es que Raymundo pasa de decir que antes de dar positivo a covid AMLO le confió a Lázaro Cárdenas, su coordinador de asesores, “que no podía concentrarse y que había tenido dificultades para mantener las conversaciones”. ¿En serio? ¿Quién se lo contó al columnista? ¿Andrés Manuel o Lázaro? Pienso que ninguno. En el mejor de los casos, alguien más, pero ya se sabe que los chismosos son también muy mentirosos. Claro está, en el peor y más probable de los casos, Riva Palacio simple y sencillamente lo inventó porque eso es lo que desea: que López Obrador se ponga mal.

Lo curioso es que Raymundo se contradice. Ayer decía que AMLO se puso grave y fue prácticamente rescatado de los brazos de la muerte por el secretario de Salud, Jorge Alcocer. Pero hoy, en la segunda parte de su historia, afirma que “pese a los días malos que tuvo el presidente en la primera semana de confinamiento, no hubo ningún momento en el cual estuviera inconsciente o sin la capacidad para ejercer sus funciones”.

¿En qué quedamos por fin? ¿AMLO estuvo grave, es decir, incapacitado para tomar decisiones, o siempre se mantuvo en forma para ejercer sus funciones, lo que desde luego ningún enfermo de gravedad puede hacer?

Creo que AMLO tuvo molestias por el covid y fue obligado por sus médicos a descansar, y así lo hizo. Pero no dejó de gobernar. Lo que sigue es que vuelva a las mañaneras, pero ojalá solo a responder preguntas de periodistas serios; ya no viene al caso el show de los youtuberos y otros bichos no periodísticos que acuden a las conferencias de prensa a defender intereses para nada claros o que utilizan el foro para volverse populares y buscar ser diputados, como el falso pirata del falso parche en el ojo.