La mayoría de las mujeres podrán apostar que los hombres son más ardidos y rencorosos. Mientras que los hombres aseguran que no hay nada más peligroso que una mujer ardida, resentida y para colmo… dolida. Sin embargo, existen diferencias entre una ardillez y otra.
Una mujer ardilla
Una mujer puede pasar horas y horas hablando con las amigas sobre lo que pasó, culpando al hombre de sus desgracias y planeando como vengarse. Lo que sucede es que las mujeres somos más histéricas, dramáticas y esas cosas. Nosotras acostumbramos tirarnos al drama y nos refugiamos en un litro de helado (o de vino). Siempre nos quedamos con la espinita, le damos mil vueltas al asunto, nuestra mente gira todo el tiempo, pensamos mil veces en la misma situación, solemos ver mucho más allá, nos tomamos más a pecho TODO. La ventaja de las mujeres es que el rencor lo transformamos en fuerza para seguir adelante. En algunos casos pudiera llegar a suceder que Paquita la del Barrio se apodere de nosotras. Pero no pasa de ahí.
Un hombre ardido
Los hombres sienten exactamente lo mismo que padecemos las mujeres, sólo que ellos lo manifiestan diferente. No acostumbran romper las cartitas de amor, ellos son más de tragarse el orgullo, no demuestran su sentir tanto como nosotras, eso los hace pensar que automáticamente lo tienen superado. Suelen “olvidar” el desamor en la borrachera, en un table dance, etc. Los hombres guardan rencor mayormente cuando una mujer los desprecia. Algunos varones prefieren agarrarse a golpes con el que les dio “baje” con la novia. Muchos de ellos aplican el hablar pestes de aquella cruel y despiadada mujer que los dejó. Ellos también tienen su corazoncito y aplican esa de “la chancla que yo tiro no la vuelvo a levantar” y están en su derecho ¿qué no?
Como respuesta a la pregunta ¿quién es más ardilla, si los hombres o las mujeres? Resultamos ganadores ambos. La ardillez no es cuestión de género, pues depende de la intensidad del daño causado y como sobrellevaste la situación.
Algunas típicas frases para gente en estado de ardillez:
“¿Quieres un curita?”
“Huele a azufre”
“Algo se quema… creo que es tu autoestima”
“Que vengan los bomberos”
Etcétera.
Entonces… ¿De qué murieron los quemados?